¿A la calle los militares o a la calle la presidencia?
Las últimas semanas, pasado el evidente “break” de fiestas navideñas y celebraciones de Año Nuevo, hemos vuelto a nuestra realidad nacional cada vez más convulsionada. Vemos una gran cantidad de disturbios totalmente injustificados, daño a la propiedad privada por doquier, manifestantes con discursos que muchos ni entienden, en fin, caos total. El tiempo que ha transcurrido nos pone como país en una situación que es insostenible. La gran pregunta es, ¿vamos a doblegarnos como país al daño causado por, obviamente, vandalismo organizado?¿Qué debe hacer la Sra. Boluarte, renunciar porque las muertes ocurridas nos llevan a ello? El desgobierno es real y la falta de decisiones también.
En los noticieros del último fin de semana, se hizo un particular hincapié en la gestión “equivocada” por parte de la policía de estas manifestaciones contra el Gobierno, centrándose en que las armas se usaron mal, en que no se rigieron al manual de “control de manifestaciones”, etcétera… Señores, no podemos evadir la lógica, hay muchos intereses detrás de estos movimientos violentos, ¿o realmente creen que los campesinos tienen la logística para dejar sus tierras, venir a Lima de manera organizada, con armas, generando disturbios a su paso? Los actos que hemos visto no son de protesta de personas reclamando sus derechos, lo que hemos visto es vandalismo organizado, financiado, esto no es el pueblo del Perú que toma las calles para pedir un cambio de constitución, ¡a quién quieren engañar! Es muy lamentable que se use a la población más necesitada para camuflar sus reales intereses y exponer a todos a una cuasi guerra civil; pero aquí quedan dos caminos bien marcados: o la presidenta del Perú toma cartas reales en el asunto y le hace frente a estos actos de vandalismo organizado, o da un paso al costado POR FALTA DE CAPACIDAD DE GESTIÓN y quien tome el poder se encarga de hacerlo; pero sea cual sea el camino, se debe poner mano dura y firme contra quienes sigan destruyendo el orden público. Llamemos a todo por su nombre; dejemos de pensar que quienes destruyen son los pobres campesinos que por odio vienen contra Lima… ¡Son delincuentes pagados! Hay miles de pruebas que lo sustentan; pues entonces HAGAMOS FRENTE A LA DELINCUENCIA.
Cada provincia debe entender algo muy sencillo, la toma de carreteras, los saqueos contra la propiedad privada, la destrucción en general, sólo aleja a la inversión, sólo cierra oportunidades, jamás serán el camino para lograr los cambios o mejoras que buscamos. No nos dejemos manipular, Sra. Baluarte, ¡hágase cargo y ponga mano dura, y si no puede, renuncie!
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.
