La Causa Palestina

Palestina es un Estado reconocido por muchos países, con embajadas acorde con las Convenciones de Viena sobre Relaciones Diplomáticas. El problema palestino se relaciona con la declaración –según la ley– sobre su soberanía territorial conforme al derecho internacional, siendo necesario un tratado que delimite sus fronteras; pero los conflictos internos y externos dificultan este objetivo.

Esta problemática ha sido abordada por diversos países inmersos en una retórica que poco ayuda al Estado Palestino, especialmente movimientos del bloque comunista desde los años 50. Conferencias como la Organización para la Solidaridad de los Países de África y Asia (OSPAA) y la Organización para la Solidaridad de los Países de África, Asia y América Latina (OSPAAAL), auspiciadas por la Unión Soviética en 1966, dieron especial apoyo a Palestina, pero proponían guerrillas armadas como solución. Desde la formación en 1990 del Foro de Sao Paulo, agrupación de izquierda latinoamericana, el tema se menciona en todas sus reuniones.

Irán, Estado Patrocinador del Terrorismo, abanderado de la causa palestina, colabora con Hamás con ayuda militar y financiera, usándolos como peones para desarrollar conflictos que desestabilicen a Estados Unidos, su archienemigo.

Cabe recordar que la Guerra de los Seis Días en 1967, iniciada con tensiones entre Israel y Egipto, suma a Siria, Jordania, Cisjordania y Gaza, cambiando el mapa territorial. Así, Israel queda en control de la península del Sinaí, Franja de Gaza, Cisjordania y Altos del Golán de Siria. En 1979, firman el tratado de paz con Egipto, devolviendo la península del Sinaí, pero queda irresuelta la cuestión Palestina y Siria.

Los Acuerdos de Oslo, entre Israel y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en 1993, fue una solución provisional, que resultó en más conflictos. Pero en 2005 Israel se retira de Gaza y Palestina realiza sus últimas elecciones en 18 años, donde Hamás obtiene el control del 45% del Parlamento. Desde 2006, Hamás toma posesión de Gaza, obligando –incluso asesinando– a la Autoridad Nacional Palestina a abandonar la región. Estos conflictos internos, sin procesos electorales obstaculizan todo acuerdo de paz.

Hoy es evidente que, al margen de graves conflictos con Israel –tema de otro análisis–, los movimientos de izquierda no colaboran con Palestina más allá de la retórica, usan la “Causa Palestina” como herramienta de manipulación para sus fines de dominación, obstaculizando el proceso de paz palestino. Promueven revoluciones y luchas armadas, frenando negociaciones limítrofes.

Pero el principal obstáculo es Irán, que usa a Hamás, Hutíes o Hezbollah con guerras proxi con intereses políticos. La retórica de movimientos de izquierda y grupos extremistas, parecen encontrar en Palestina “una excusa” para acciones subversivas lejanas al compromiso por solucionar una “Causa”, por décadas irresuelta.

Luego de la visita del secretario de Estado Antony Blinken a Oriente Medio, los gobernantes de los países árabes y Estados Unidos ratifican la necesidad de establecer el Estado y territorio palestino abogando por crear las condiciones para su estabilidad. Estados Unidos e Israel declaran que es tiempo de empoderar al gobierno palestino en Ramala, excluyendo a Hamás, quien obstaculiza los acuerdos y deberían entregar el control.

En el pasado, Oriente Medio fue controlado por muchas potencias extranjeras, resultando imposible sanar diferencias remontándose a siglos o milenios. Tomar partido por algún bando solo radicaliza un conflicto donde lo importante es encontrar soluciones para la paz Palestina, alcanzando reconocimiento y delimitación territorial. Los límites trazados en 1948 podrían servir para iniciar acuerdos, pero más difícil es luchar contra el odio irracional que polariza al mundo, con conflictos que siguen extendiéndose.

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