La clave de la reforma tributaria

Simplificar y modernizar el sistema tributario debe ser una de las prioridades del Estado. Promover la formalización y la inclusión financiera, revisar el manejo responsable de los gastos tributarios para garantizar equidad y eficiencia, mejorar y perfeccionar procedimientos (modificaciones al Código Tributario) y simplificar regímenes especiales (RUS, RER), pero no para subir tasas.
El Poder Ejecutivo debe mejorar los instrumentos para evitar la evasión y elusión tributaria (en renta de personas, por ejemplo) y no subir tasas. Cada vez que el Ejecutivo ha pedido facultades para subir la tasa de los impuestos, nunca se le ha dado. Es riesgoso. No se puede dar la confianza para subir la tasa de los impuestos a un gobierno que no genera confianza.
Con la dación del Decreto Legislativo 1623, el Perú se ha convertido en el más reciente país de Latinoamérica en implementar un sistema de impuestos a los servicios de streaming y a las plataformas digitales como Netflix o Disney+.
El objetivo de estos impuestos es asegurar que las empresas digitales que generan ingresos significativos en estos países contribuyan fiscalmente, independientemente de que no tengan oficinas o empleados locales.
Esta medida en el Perú busca no solo aumentar la recaudación fiscal —el Ministerio de Economía y Finanzas proyecta una recaudación de S/800 millones solo este año, y luego S/1,000 millones en cada ejercicio a partir de 2025—, sino también nivelar el campo de juego para las empresas locales que compiten con estas plataformas globales.
Subir la tasa de los impuestos pasa por un tema simbólico más que efectivo. Establecer IGV a las plataformas es una práctica internacional y está en la ley; falta el mecanismo para su cobro. Ello probablemente cause un impacto en el precio que pagan los consumidores. La pregunta es si es el momento oportuno para hacer estos ajustes.
En vez de hacer esa reforma, se puede pensar en eliminar beneficios y exoneraciones especiales y mejorar los mecanismos para la lucha contra la evasión y elusión. El punto clave es afrontar el problema de la evasión y elusión (que es usar mecanismos complejos para aprovechar vacíos legales y eludir impuestos). Eso supone una pérdida de 8 puntos del PBI. Reducirlo a la mitad sería un gran logro.
El Perú tiene inmensas necesidades, necesita recaudación, pero la recaudación no se aumenta subiendo dos o tres tasas. La recaudación se aumenta con un programa serio y sostenido de reducción de la evasión y la elusión tributaria, y sobre este tema el MEF, la SUNAT y otras entidades deben desarrollar un plan, una política nacional de reducción de estas prácticas delictivas que afectan considerablemente el erario nacional.
No resulta razonable gravar a los que siempre contribuyen con la recaudación, ni gravar a las clases medias, porque ello impediría la reactivación de la economía.
El gran reto de una reforma tributaria es ampliar la base tributaria, incorporar a los que no tributan, al 80 por ciento de informales, para que contribuyan con la recaudación. Y para ello se debe incorporar a la formalidad a ese gran bolsón de la población y diseñar los mecanismos para evitar la evasión.

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