La clave para la concordancia nacional
Basta de poses y ridiculeces, señores Pedro Castillo, Aníbal Torres y demás dirigentes del régimen que maneja la vida y el patrimonio de 32 millones de peruanos. Tras darse de cara con la realidad, reconociendo que el Perú no les pertenece a ustedes sino a los 32 millones de ciudadanos a quienes ustedes perseveran en llevarles de las narices al caos -por haberles conducido a una coyuntura delicadísima en apenas ocho meses de gestión-, a la hora undécima ustedes se rasgan las vestiduras y exigen, a la oposición, que cese de fiscalizar al Ejecutivo y les permita trabajar. Oigan, señores de Perú Libre. La oposición ni puede ni quiere ni debe cesar en su obligación constitucional –y moral- de fiscalizar al milímetro a este gobierno díscolo, que persevera en manejar el Estado peruano como si fuera su parcela.
Esa actitud buenista por parte de un gobierno pleno de alimañas, sólo obedece a que ahora ustedes ya se ven contra las cuerdas. No sólo porque 55 congresistas votaron por la vacancia del presidente Castillo y 54 lo hiicieron en contra; sino porque la situación económica -y consecuentemente social, además de política- ustedes la han derivado a tal extremo de crisis, que se ven compelidos a pedir que el poder Legislativo “encuentre un punto de concordancia” con el poder Ejecutivo.
Pues bien. Aquí va la piedra angular sobre la cual deberá establecerse cualquier punto de concordancia entre oficialismo y oposición: eliminen de su agenda la convocatoria a una asamblea constituyente, destinada a derogar la Constitución de 1993 y a formular una nueva Carta a imagen y semejanza de Cuba. Olvídense de treguas para hacerles la vida fácil. Porque aquello equivaldría a ponerse la soga del ahorcado, ya que se les habilitaría el camino para que acaben de destrozar per secula nuestra nación.
Hoy el Perú se halla secuestrado por una banda de comunistas/senderistas decididos a “transformar las estructuras” de este país, para convertirlo en otra sucursal de Cuba. ¡Eso no se lo vamos a permitir, señores Castillo y Torres! Por más amenazas que nos lancen a través de esbirros suyos como el tal Bermejo, que recientemente dejó lucir su alma senderista gritando: “Si el Congreso vaca a Castillo retomamos la lucha armada.” A qué extremo de desastre nos ha conducido el extremismo liderado por Castillo, que el Financial Times se pregunta si “Perú se está convirtiendo en un país ingobernable.“
Sumado a una salvaje inseguridad ciudadana –contra la cual el régimen comunista no mueve un dedo- vivimos amenazados por las consecuencias de huelgas en todos los estratos, capturas de plantas mineras –perdiendo los mejores precios metalúrgicos de la historia, que significará menores ingresos de divisas y menos aportes de impuestos- paros virulentos, tomas de carreteras, ocupaciones de la propiedad privada, amenazas de piquetes armados. ¡Y la policía permanece de perfil porque el gobierno marxista así se lo ordena! ¡La sociedad, amable lector, está en manos de una turbamulta, y Pedro Castillo sigue impasible! Pero satisfecho. Porque eso contribuye a agudizar su ansiada lucha de clases.
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