La corrupción en la política

Hace décadas, el Perú sufre del escándalo de la corrupción realizada por la empresa brasilera Odebrecht. La investigación se inició en Estados Unidos el 2013 y aquí recién estalló el 2016. Durante estos años el Ministerio Público investiga a Presidentes de la República, ministros y funcionarios envueltos en actos de corrupción.

Ahora públicamente se señala a los presidentes Alejandro Toledo, Alan García Pérez, Ollanta Humala involucrados en el caso Lava Jato. Existen otros que han motivado investigaciones por el Ministerio Público y acciones en el Poder Judicial; que comprenden a Pablo Kuczynski, Martín Vizcarra y el "vacado" Pedro Castillo.

Están involucrados algunos de sus ministros, funcionarios y "personal de su confianza". También se conoce el de los “Cuellos Blancos” integrada por magistrados. Igualmente: gobernadores regionales y alcaldes; se informa periodísticamente de actos indebidos en la Policía y las Fuerzas Armadas.

La corrupción es el delito que se comete por un funcionario público que abusando del poder de su autoridad realiza para sí, mediante conexiones, la obtención de (ganar) beneficios personales, lo que es contrario a la ley y a los principios morales. Actúa para determinar que él y otros funcionarios públicos resuelvan conforme pide el corruptor a cambio de dádivas, presentes, ofrecimientos o promesas. El objetivo es obtener ilegal e inmoralmente para sí dinero, bienes y beneficios.

Es imprescindible señalar que los actos corruptos los han realizado políticos electos que llegan a cargos importantes en los Poderes Ejecutivo y Legislativo. Baste señalar los nombres de presidentes electos, sus ministros y funcionarios de su confianza y también gobernadores y alcaldes que están investigados en el Ministerio Público o que los procesan penalmente.

Tal hecho podría llevarnos al supuesto que por lo menos algunos de los que postulan a Presidente, congresistas, gobernadores y municipalidades tienen como objetivo "enriquecerse" ocultamente. Es decir, mediante la corrupción.

Es de presumirse que hay "candidatos" que utilizan los procesos electorales con la esperanza de ser electos desde donde podrán "obtener algo"; obviamente los corruptores los buscarán para que, bajo el pago de "comisiones", "los hagan ganar las licitaciones" y los contratos. Pero muchas veces las obras o servicios públicos materia de la convocatoria y licitación ni siquiera las concluyen eficientemente y en el plazo pactado.

Son hechos objetivos que el periodismo lo informa y jamás desmentidos. ¿Se puede tener fe y confianza en los candidatos o en los que son electos?

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