La cultura Milei
Contestatario, desaforado y revolucionario en un país que soporta el “peronismo” desde hace setenta años, Milei es la derrota de la casta política y el ascenso del individuo libre en Argentina. Será difícil para millones dejar la comodidad de vivir a costa del Estado, pero los argentinos peronistas o no, provincianos o no, eligieron la libertad. Quebraron a la casta y al federalismo.
Se trata de la libertad como ensayo en una vieja cultura proteccionista, lo que entraña peligros. Muchos peruanos quieren un Milei por lo que tiene de disruptivo, así como quieren un Bukele cuando una banda criminal hace de las suyas, pero también podrían querer a un Antauro. Al peruano le importa el cambio porque siempre está cansado de todo. Quien llega al poder es desaprobado rápido, al margen de cómo haga las cosas. Las instituciones terminan en el suelo. Se trata siempre de seguir tanteando y repreguntándonos como Zavalita. Ocurre cuando no hay una cultura política. No extraña que de PPK pasemos a Castillo.
Salvo la inestabilidad de las emociones políticas, los peligros que enfrenta Milei no son los que enfrentaría un liberal peruano, pues en el Perú todo está servido en bandeja: no hay que ajustar la economía, hay un modelo económico funcional desde los 90, nos habituamos por años al crecimiento y a una inflación casi cero, subyace una cultura del emprendimiento que bajó desde los Andes al arenal costeño para convertir lo árido en ciudad. Quien abra las puertas de Palacio “liberalismo en mente”, podrá impulsar el desarrollo de saque y sin shock.
¿Qué tendría que hacer un Milei peruano? Primero, no creerse un Milei peruano, porque estamos en el Perú. El liberal peruano tendría que reducir el Estado, liberar las trabas administrativas, dar dinámica a un plan de infraestructura productiva, hacer de la minería una locomotora, incentivar la formalidad, enfatizar en la universalización de la propiedad, eliminar los baches para hacer negocios y reducir lo innecesario para derivar a la educación y la salud.
¿Existe en el Perú una cultura liberal? En la carretilla, el puesto, la bodega, el restaurante y la ferretería está el líder y guardián de la revolución liberal. Ellos no quieren un marxista que les cambie las reglas ni criminales que los hagan trabajar con miedo ni terroristas colando y empoderándose ni elecciones que orillen, quieren un gobierno que proteja sus proyectos de vida, sus bienes, su certidumbre, su libertad.
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.