La delincuencia en crecimiento desafiante

Cotidianamente el periodismo informa de imparables homicidios en vías públicas, establecimientos, vehículos y viviendas cometidos por sicarios (hasta menores de edad) organizados por extorsionadores. La delincuencia se ha incrementado actuando en bandas que pareciera sentirse seguros no obstante a la persistente actuación de la Policía Nacional. Mientras la población, consternada por los continuos asesinatos, exige a sus autoridades que adopten medidas efectivas para combatir el crecimiento delincuencial, en el Ejecutivo y Legislativo, a pesar de “sus palabras y promesas”, no resuelven el grave problema de la inseguridad en que vivimos.
En plena Plaza San Martín en Lima se ha cometido un asesinato, y en Trujillo la banda del alias Jhon Punto (“liderado” por Andy Yofran Quispe Cruz desde Chile) “dispuso” arrojar explosivos al establecimiento de una persona para exigirle un millón de soles. La explosión dejó heridos y afectó varias construcciones.
¡Basta de palabras y promesas! Los electos al Congreso (en el último año que les queda) y ministros en el Ejecutivo debían disponer medidas para exterminar la criminalidad.
Reiteradamente se les ha pedido:
1.- Inmediatamente modificar el Código Penal, tipificando debida y actualizadamente cada delito y fijando penas más severas que las actuales, hasta la de prisión perpetua para la extorsión, chantaje, homicidio calificado, sicariato, secuestro, tráfico de personas y drogas, violación a menores y otros peligrosos delitos. También establecer la pena de muerte para algunos delitos graves.
2.- Establecer normas legales (procesales) no dilatorias y fijar la responsabilidad de fiscales y jueces para que procesen en cortos plazos (procesales) las investigaciones y las acciones judiciales en todas las instancias, bajo la personal responsabilidad administrativa y penal de los magistrados que no procesen las causas (expedientes) a su cargo en los plazos fijados.
3.- Establecer que los fiscales y jueces penales (de todos los niveles) no concedan libertad “provisional” o “detención domiciliaria” a los detenidos por la Policía Nacional por la comisión de delitos.
4.- Normar que los detenidos y sentenciados encarcelados sufraguen su sostenimiento y que trabajen. En cada cárcel debe haber centros de trabajo (fábricas) para producir bienes para los mercados, establecimientos que deben alquilarse a personas (naturales y/o jurídicas) de la actividad privada para producir mercaderías. Los encarcelados, al trabajar, pueden estar regidos por las normas laborales.
5.- Que los delincuentes, antes de salir en libertad, devuelvan los bienes que han robado a sus agraviados y que paguen la reparación civil impuesta en sus sentencias.
6.- Edificar de inmediato cárceles en las alturas andinas, seguras y que tengan talleres para producción de bienes.

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