La delincuencia es incontenible. ¡Debe demolérsele!

Expreso, con preocupación periodística, informó que “la delincuencia sigue ganando terreno en las calles. Las autoridades poco o nada hacen para combatirla de modo eficaz”, “La inseguridad y la extorsión siguen creciendo en el país”. (SIC). Evidentemente son actos de terror en las ciudades.

Ante la grave inseguridad ciudadana, reiterada y públicamente hemos solicitado que los electos políticos a los Poderes Legislativo y Ejecutivo combatan efectivamente la delincuencia y expusimos que lamentablemente los “administradores de justicia en nombre de la Nación” procesan las acciones judiciales penales con dilaciones. En los hechos, “miembros” de los tres Poderes del Estado no han adoptado medidas legales para combatir la delincuencia y cumplir con dar efectiva seguridad ciudadana. La evidencia de una falta eficiente de combate y sanción a la delincuencia y sus bandas está en el crecimiento constante de los actos delictivos, cada vez con mayor gravedad. Este es uno de los graves problemas nacionales.

La Seguridad Ciudadana es un derecho de toda la población y por ende es una obligación legal y moral que deben garantizar todas las autoridades competentes comenzado con la modificación de los Códigos Penal y Procesal Penal estableciendo severas penas efectivas a los delincuentes y la responsabilidad personal de fiscales y jueces (de todos los niveles) que no cumplan con procesar los juicios penales sin dilaciones (ni bajo “pretextos”). Para evitar “justificaciones” a las dilaciones, en cada comisaría debe haber permanentemente un fiscal que intervenga en los actos de investigaciones que efectúa la Policía Nacional y debe firmar todas las actas que devienen de esas investigaciones de modo que, presentada la denuncia ante el juez penal, éste de inmediato haga el proceso pertinente y emita sentencia.
Debe establecerse que el delincuente sentenciado devuelva a sus víctimas sus bienes de los que hurtó o robó y/o se apoderó y que pague las indemnizaciones por las lesiones o muerte que causó a los agraviados. Sin ello, no obtendrá libertad. Igualmente, debe establecerse plazos no cortos para la prescripción del delito sobre todo, a los reducidores.
Los delincuentes, desde que son privados de libertad, en los centros de reclusión deben trabajar para que con sus remuneraciones paguen su alimentación y servicios de salud. En cada cárcel debe edificarse talleres para que trabajen los delincuentes y que no vivan gratuitamente sufragados por los impuestos que recauda el Estado.
¡Inmediatamente: combatir la delincuencia!

Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.