La delincuencial izquierda peruana

Estamos presenciando lo que sería un eventual gobierno del candidato Pedro Castillo. Su semblante sería la mentira, la manipulación, la prepotencia, la desinformación y la amenaza, con el consecuente abuso contra quienes discrepen de sus decisiones y/o sus métodos. Esto, sumado al desorden que generan la incapacidad e ineficiencia que transpiran Castillo y su entorno, que deviene en mediocridad y finalmente en caos. Sería, para ponerlo en corto, el paradigma del gobierno izquierdista sudaca. Lo vimos durante los setenta/setenta con Velasco Alvarado; con menor intensidad, con Humala. Pero, amable lector, la izquierda –nos referimos específicamente a la peruana, copia y calco de la cubana y venezolana- es así. Se presenta como justiciera. No obstante, es la primera en quebrar la ley. Y encima, la desacata cuando algún despistado juez o fiscal siquiera insinúa que deberá someterse a ella. El caso más reciente es el de esta candidata a la vicepresidencia Dina Boluarte. Blandiendo la bandera de la corrupción apenas sospecha que algún opositor ha incurrido en falta, ella sin embargo se salta la ley cuando le da la gana. Y encima, utiliza la dialéctica comunista para encapsular sus delitos convirtiéndolos en actos de justicia. Y encima, para atacar a quienes disientan de ella. Resulta que Boluarte, candidata a la vicepresidencia, postuló al cargo siendo gerente de oficina de Reniec, entidad integrante del sistema electoral. La ley prohíbe a todo funcionario público en ejercicio ser candidato a la presidencia y vicepresidencia de la nación, al igual que al cargo de parlamentario. Particularmente, a los miembros de los órganos pertinentes al Sistema Electoral. Para postular a dichos menesteres, deberán renunciar a su puesto al menos seis meses antes de los comicios en los que quieran participar. Leamos el artículo 3. El Registro Nacional de Identificación y Estado Civil, conjuntamente con el Jurado Nacional de Elecciones y la Oficina Nacional de Procesos Electorales, integran el sistema electoral peruano, de conformidad con lo establecido por el Artículo 177 de la Constitución Política. Mantiene relaciones de coordinación con dichas entidades de acuerdo a sus atribuciones.” Pues hasta el último lunes Boluarte seguía siendo gerente de oficina de Reniec. Incluso cobró sueldo en abril y mayo 2021. Lo registró Reniec en su portal de transparencia. Aunque pocos días después, por arte de birlibirloque esa página quedó en blanco, manipulada por algún burócrata que “evacúa” ante el pavor a que esta candidata roja sea proclamada vicepresidente y lo fusile. Como Boluarte existen muchos casos. Ejemplo elocuente, el de Pedro Castillo, candidato a la presidencia quien no declaró ser gerente y propietario de acciones de una empresa. Omisión que también constituye causal de impedimento para postular. ¡Los ejemplos continúan! El caso de Susana Villarán es escandaloso. Y culpar de asesinato al fujimorismo por la muerte de un enfermo es otro. Pero como ocurrió con Boluarte, el comunismo amedrenta a quien se atreva a contradecir a uno de los suyos. Siquiera bajo sospecha de delinquir. La zurda se siente suficientemente empoderada para romper la norma. Incluso transgredir nada menos que la ley electoral.

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