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La democracia como forma de vida política

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Fecha Publicación: 27/04/2025 - 20:40
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Por lo general, se suele entender a la democracia como una forma de gobierno; en el entendido de que quienes ejercen el poder lo hacen en nombre y representación de los integrantes de la población, la cual, a través de los procesos eleccionarios, elige a sus autoridades. Razón por la cual, la democracia, fundamentalmente, se caracteriza por ser un sistema de gobierno representativo.
Y, a partir de ese criterio, con relativa frecuencia, los que tienen en sus manos el manejo de la producción legislativa producen o modifican las normas legales que les permitan continuar haciendo uso del ejercicio del poder sin estar sometidos al control político ciudadano. O, lo que es lo mismo, la actuación del pueblo en la toma de decisiones termina con el acto de la votación, ya que los únicos mecanismos de los órganos estatales son los que se conocen como “el control entre poderes del Estado” y que, en el caso del Perú, los tenemos con la interpelación, censura y rechazo de la confianza ministerial, y con la posibilidad de que el presidente de la república pueda disolver el Congreso (ahora que tenemos bicameralidad, únicamente lo podrá hacer con la Cámara de Diputados).
Pero, de lo que se trata, con la finalidad de lograr que la población tenga una más permanente y directa participación en la toma de decisiones del poder, es comprometer al común de las personas para que se involucren con mayor continuidad en la forma de cómo se maneja el poder político y, de esa manera, la democracia no se limite a ser solo representativa, sino que funcione como una forma de vida política.
Para ello, es necesario convencernos de que es un elemento fundamental el entender que la educación política es el medio o instrumento más importante para conseguir que la participación del pueblo sea determinante en el manejo del poder político. En consecuencia, los planes de la formación educativa, en todos los niveles de educación y cualquiera que sea la especialidad a nivel de formación profesional, deben comprender materias que permitan adquirir conocimientos que el ciudadano pueda usar y/o aplicar, de manera tal que haga sentir a la persona que su opinión, además de ser tomada en cuenta, se orienta a trazar el camino que se debe seguir para mejorar las condiciones de vida de su país.
El referéndum, el plebiscito, la iniciativa ciudadana en la formación de leyes y en la reforma constitucional, así como la revocatoria y remoción de autoridades, y la demanda de rendición de cuentas que, como derechos políticos, tiene la ciudadanía, son los mecanismos que ofrecen las democracias para hacer más efectiva la participación ciudadana, posibilitando que el común de las personas se sienta parte del quehacer político nacional y, con ello, haga sentir al pueblo que “es dueño de su propio destino”.
Es evidente que, de la noche a la mañana, no vamos a alcanzar un funcionamiento de nuestra sociedad, y su democracia, que funcione de una forma en la que todos sus integrantes se encuentren comprometidos en la vida política, pero hay que comenzar por ir marcando el camino que nos lleve a un mañana diferente al de hoy, en el que todos nos podamos sentir comprometidos y responsables de la realidad, en todos sus matices, que nos toca vivir.
La democracia, como forma de vida política, es un sistema sociopolítico que va a permitirle a la población sentir que, en sus manos y en su conciencia, está puesta la responsabilidad para mejorar o empeorar su realidad en un momento determinado. Es decir, en las manos del pueblo está consolidar o institucionalizar una mejor democracia de la que hoy día tenemos.

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