¿La derecha quiere alianzas?
Estamos a menos de dos semanas de que se venza el plazo para que los partidos políticos que participarán de la contienda electoral del 2026 hagan alianzas para participar en la elección de la plancha presidencial y los miembros de la Cámara de Diputados y Senadores.
Los avances son lentos.
Una vez más, la población reclama unidad y los políticos, a través de sus partidos, luchan cada uno por sus intereses personales. Son tercos.
La primera y única alianza formalizada desde hace unos días es la realizada entre Unidad y Paz (liderada por el Gral. Roberto Chiabra) y el Partido Popular Cristiano (PPC), la cual está basada en acuerdos más de línea programática que ideológica.
Por el momento, repito, es la primera y única de centroderecha.
Sin embargo, el centroderecha poco ha hecho para resaltar este “esfuerzo”, pues es un gran esfuerzo democrático de desprendimiento y negociación, y más bien ha criticado y ahondado diferencias entre los negociadores iniciales.
Y es que todo el abanico denominado “derecha” no comparte una visión homogénea. Existen varias derechas: la liberal técnica (Avanza País, PPC, etc.), conservadora cristiana (Renovación, APP, etc.); militar institucionalista (Unidad y Paz y sectores del PPC); pragmáticos (Fuerza Popular); empresarial (lobbies sin partido claro), de manera que, sin una visión del país ni un lenguaje común, se dificulta sobremanera pactar sin que los negociadores sientan que pierden su esencia.
El éxito de la reciente primera alianza entre Unidad y Paz y el PPC fue posible porque, a mi parecer, Roberto Chiabra tiene una imagen técnica y el PPC cedió protagonismo.
Esta combinación es poco frecuente, y se agradece.
Ayer Aldo Mariátegui, en extraordinaria entrevista en el diario Expreso, ha puesto algunos puntos sobre las íes con relación al papel desempeñado por la derecha peruana, y podemos abonar en esa dirección que los partidos de derecha desconfían entre ellos más que de sus adversarios de izquierda.
Y esto no suma.
Esperemos que más partidos de centroderecha se sumen al esfuerzo de llegar a constituir las alianzas que el pueblo exige, aun cuando las bases más militantes no acepten “ceder” frente a otro partido, las redes sociales amplifiquen cualquier señal de debilidad o “traición” ideológica, o la rigidez en cuanto a valores haga difícil ceder puntos en la agenda común.
Cualquier esfuerzo lo vale.
Recordemos que las metas de construir alianzas son: apostar por acuerdos programáticos reales, construir una visión compartida de país más allá del “no al comunismo”, articular una propuesta integradora sin anular a los demás, establecer una estructura flexible donde se llegue a una alianza electoral, pero con autonomía organizativa, que respete marcas locales y vocerías diversas.
Así el panorama, es oportuno preguntarse: ¿la derecha quiere alianzas?
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, X, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.