La dictadura frustrada del heredero de Sendero y el Movadef
Uno de los aspectos más difíciles de aceptar por parte de quienes ayudaron (directa o indirectamente) a Castillo (y a Cerrón) a llegar a la presidencia en 2021, es el evidente vínculo que tenía y tiene con el reciclado Sendero Luminoso. La información sobre la relación con el Movadef y otros "organismos generados" es tan copiosa e innegable que hasta facilita considerar a Castillo como una suerte de heredero político de Abimael. El avance de estas fuerzas llegó a tal punto que tanto el "Sendero político" movadefo como los narcosenderistas del Vraem sintieron como suyo el triunfo de Castillo y Cerrón en 2021. Si el autogolpe del 7 de diciembre de 2022 (7D) se concretaba, hoy también serían parte de una brutal e irreversible dictadura. El Perú se salvó por un pelo.
Y hasta entre los que no votaron por el prosenderista se olvida rápido, no se recuerda el peligro extremo que significaba su llegada y permanencia en el poder. "Ya no volverá a pasar", dicen confiados, mientras Antauro logró su inscripción en el JNE y mientras diversas organizaciones criminales van penetrando la política en la capital y las regiones.
Casi dos años han transcurrido del suceso y los relatos para tratar de acomodar cómo se gestó el frustrado autogolpe del 7D y obviar factores claves no han faltado. Cabe hoy una pregunta: ¿cuántos detenidos habrían si algún sector de la derecha hubiese sido el perpetrador de un parecido "putsch" antidemocrático? Muchos sin duda.
Es llamativo cómo aún no hay mayores investigaciones y sanciones a todos los cómplices del golpe de la izquierda extremista. Es, debe decirse, muy importante que este tipo de tropelías contra las instituciones sean neutralizadas a tiempo y, se concreten o no, los responsables sean revelados, procesados con prontitud y encarcelados para disuadir su peligrosa repetición.
Y precisamente por el alto riesgo que supone este tipo de sucesos prodictatoriales, los peruanos no deben dejar de preguntarse qué estaría pasando hoy en el país si el plan prosperaba (envuelto por una mezcla de influjos internos y externos que incluye, como hemos dicho, al senderismo, a diversas economías ilegales como el narcotráfico y al castrochavismo regional).
Ya antes (ver: "¿Los militares y policías de Sendero?". 8/11/2022. M. Lagos, Expreso) y después (ver: "El factor militar, la falla en el autoritarismo de Castillo". 22/12/2022. M. Lagos. Expreso) del "torpe" evento golpista que dio fin al desgobierno de Castillo, escribimos en este espacio sobre las letales posibilidades en gestación y de sus resultados políticos inmediatos.
No obstante aún son algo nebulosos los detalles de fondo del paso dado por el expresidente "disolviendo" infructuosa y atrevidamente no solo el Congreso, sino todas las demás instituciones que le eran incómodas. Muchas preguntas están pendientes; sobre todo cuando se busca instalar la absurda idea de que "actuó solo" —o con muy pocos coordinando al lado— mientras todos lo iban "abandonando". O peor: que fue "drogado" o amenazado para leer la proclama golpista.
Un asunto si es más o menos claro: Castillo y sus controladores —internos y externos— tantearon las posibilidades de lo que vendría. En todo el tiempo que tuvieron desde el 28 de julio de 2021 lograron alinear a algunas voluntades en los sectores militares, policiales y de inteligencia… pero no a los suficientes para dar sostenida tracción al autoritarismo de sondeos lentos que les asegurara poder real creciente. En contraste a otros tiranuelos inamovibles de la región fallaron en este crucial aspecto (en Venezuela, por ejemplo, manda una fuerte alianza cívico-militar de signo narcocriminal con poder político llamado el Cártel de Los Soles).
Castillo fue al parecer pieza de un plan mayor que lo superaba (el rol de los cubanos y del evismo boliviano en esa planificación tiene que auscultarse por cierto). Sus digitadores no lograron alinear a todo el factor militar, pero el proyecto, como se advirtió, sí era dictatorial con Sendero Luminoso como uno de los letales protagonistas. Al final, sin opciones de rápido logro y abrumado por los destapes de corrupción, lo empujaron al abismo liquidando un conflicto político que no podían sostener más.
De lo que no cabe duda es que si los militares se hipotecaban al prosenderista Castillo y sus asociados, hoy Perú estaría bajo una dictadura salvaje y profundamente antiliberal.
