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La diplomacia vaticana

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Fecha Publicación: 15/08/2024 - 21:50
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Si hay una diplomacia reconocida a lo largo de la historia internacional, es la del Estado de la Ciudad del Vaticano. Considerada como una de las mejores por muchos países —contribuyó de manera decisiva a la reapertura de embajadas y la normalización de relaciones entre Estados Unidos y la República de Cuba, tras el deterioro diplomático que siguió al triunfo de la revolución liderada por Fidel Castro en 1959—, el llamado Cuerpo Diplomático acreditado en el Estado receptor suele contar con el Nuncio Apostólico, embajador del Vaticano, como decano del cuerpo diplomático extranjero.
Dicho esto, ha llamado considerablemente la atención que el actual Nuncio Apostólico, monseñor Alberto Ortega Martín, haya presentado cartas credenciales ante el dictador de Venezuela, Nicolás Maduro, especialmente debido a los serios cuestionamientos al régimen tras las recientes elecciones presidenciales, ampliamente consideradas por la comunidad internacional como fraudulentas. Con todo el respeto que merece la diplomacia vaticana, y aunque es cierto que estas son decisiones unilaterales y legítimas, el gesto del Vaticano no ha sido precisamente empático con la postura de la mayoría de los Estados miembros de las Naciones Unidas, ni con el sentir general de la comunidad internacional.
Nicolás Maduro ha sido cuestionado incluso dentro de su propio círculo, y enviar un representante diplomático a su régimen parece haber sido un error por parte de la Santa Sede. Este acto ha sido interpretado como una legitimación de un régimen que sigue imponiéndose a sus anchas, burlándose de la voluntad de un pueblo que mayoritariamente ha votado por un presidente democrático. Es cierto que el Vaticano ha mantenido históricamente una posición de imparcialidad y neutralidad ante diversas circunstancias del sistema internacional. No obstante, la Iglesia —y aquí empleo su denominación religiosa—, está llamada a mantener un juicio de valor que se alinee con la verdad y la justicia, principios que el cristianismo y, posteriormente, el catolicismo han defendido a lo largo de la historia.

(*) Excanciller del Perú e internacionalista

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