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La elección del siglo

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Fecha Publicación: 01/06/2021 - 21:00
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La crítica segunda vuelta presidencial que se llevará a cabo el domingo próximo, no tiene parangón en la historia del país, salvo por los comicios de 1931. No exageramos y a ver si lo terminan de entender los todavía indecisos y los que se acomodan votando en blanco o viciado.
Hace 90 años, se enfrentaron de igual a igual dos modelos ideológicos y de gobierno que, mutatis mutandis (estupendo latinismo para el caso), se parece a lo que nos acecha en pocos días. Entonces, el aprismo, llamado el partido del pueblo de izquierda radical, antiimperialista, reformista y nacionalizador se enfrentó en las urnas a un militar autoritario y anticomunista lo suficientemente popular dado su origen social y su populismo paternalista. Según las crónicas de ese convulso tiempo, la campaña electoral resultó tan polarizada y marcada por la incertidumbre y el miedo como ocurre ahora. Ganó al final el militar por unos 50 mil votos de diferencia pero las nefastas consecuencias de esa violenta confrontación política perduró varias décadas para desgracia del proceso democrático del Perú.
Hoy, la cosa no es muy distinta y confiamos que la secuela que deje no se asemeje a lo anterior. En medio de la peor crisis sanitaria, económica y social y con una frágil institucionalidad constitucional y democrática, los peruanos vamos a las urnas para elegir entre otro izquierdista extremista con un aparato marxista-leninista emparentado con el senderismo terrorista reciclado en el Movadef y con un proyecto gubernamental improvisado y condenado al fracaso, y una candidata con pasado autoritario y presente cuestionable que protesta defender el Estado de Derecho y encabezar un Régimen democrático más justo e inclusivo en beneficio de la población dejada atrás por nuestra bicentenaria República.
De joven antiaprista escuché decir a un veterano dirigente que en 1931 eligió el mal menor porque había que cerrarle el paso al socialismo de corte aprista. Ahora el nefasto y anacrónico socialismo marxista con el cuento de ser el instrumento del pueblo está de vuelta. Nos toca cerrarle el paso el domingo que viene y todos los días siguientes a la vez que exigirle a Keiko III que cumpla la Promesa y la Renovación Radical del Perú en Democracia que demandó el gran Basadre. No queda otra y a vigilar que así sea. ¡AMÉN!

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