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La esperanza de seguir viviendo

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Fecha Publicación: 19/08/2020 - 21:40
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Es una actitud frente a la vida, constituye la esencia de la existencia del ser humano sin la cual no podría vivir ni desarrollarse en los diferentes escenarios que le toca interactuar, buscando su equilibrio entre lo que siente y tiene que confrontar en la realidad que le rodea.

Las generaciones que nos han precedido en su mayor parte eran longevas, se aferraban a la vida en busca de seguir viviendo, preocupados por la familia, el trabajo, el estudio, el compartir con el prójimo. Hoy en día, las personas de diferentes edades bajan la guardia rápidamente, se frustran, son ansiosas, se deprimen por cualquier cosa. Observamos, que antes en las escuelas, institutos, universidades, no existía el departamento de psicología, ahora, en forma constante y permanente citan a los padres por el comportamiento de los hijos en el aula, fuera de ella y su relación con el maestro. Recuerdo, que cuando estudiaba en la escuela y universidad con la justa existía un botiquín de primeros auxilios, en la actualidad, el departamento de psicología está repleto, por diferentes causas, el estrés, los alumnos tienen problemas de atención, hiperactividad, ansiedad, depresión, bulín, que los conduce a tener una actitud derrotista por una falta de motivación de desarrollar las cualidades que lleva la persona dentro sí mismo, que les haga desarrollar una capacidad emocional y psicológica que les permita asumir sus retos de acuerdo a su proceso de desarrollo.

Para el niño, el joven, el adulto, el referente como modelo de aprendizaje es vital y determinante para que camine positivamente en la vida y fundamentalmente en la solución de problemas, como es el caso, si a un niño, no se le incentiva para que tome la iniciativa de hacer sus tareas y la persona mayor que está a su cargo le facilita hacérselas, está cultivando una personalidad dependiente, igual sucede, cuando se les infunde temores fuera de los limites aceptados, estamos moldeando a una persona insegura. Cuando a una persona se le disminuye su capacidad de afrontar la vida por descalificarlo que no sirve para nada, se le margina o los comparan con otras personas, se está formando una personalidad débil, falta de decisión, le invade el conformismo, sintiéndose no competente, prendiéndose la alerta de ser un candidato de sentir y pensar que no vale la pena vivir y mejor morir.

La vida en sí es hermosa, existe momentos difíciles pero superables con la aceptación de uno mismo y reflexionando que existen seres humanos mejores, iguales y con menos recursos para sobrellevar la vida, mucho depende la fuerza interior que llevas dentro de ti, tu voluntad de vivir a pesar de las dificultades, siempre hay una luz que te ilumina para llegar al sendero que te has trazado, sal a buscarla, no te encierres en tu propio telaraña, busca las oportunidades que tu espíritu flamee frente a la adversidad, porque vendrán mejores tiempos de los que estas pasando. Desnúdate ante ti mismo mirándote al espejo como tú conciencia y contéstate, “vale la pena vivir y no morir porque valgo mucho y muchos seres humanos necesitan de ti”. Que Dios te bendiga.