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La etiqueta “Extrema Derecha”

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Fecha Publicación: 26/09/2022 - 22:40
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Para desacreditar al nuevo presidente del Congreso se ha difundido que suscribió la Carta de Madrid, aquel documento que proclama el respeto al Estado de Derecho, las libertades, la propiedad y la separación de poderes.

Por supuesto, no la promovió el diario El País para desnaturalizar cada uno de los conceptos nombrados, sino VOX, el partido que se opone a seguir financiando la ideología de género, el separatismo y la migración ilegal de africanos con dinero de los impuestos de los españoles trabajadores; decir esas cosas está mal visto por el establishment europeo, pues se le otorgó el calificativo de “extrema derecha”.

En Italia, desgarrada por las equivocadas políticas socialdemócratas, surgió con fuerza la figura de Giorgia Meloni, líder del partido Fratelli di Italia, refrescando el espacio de la derecha, cansada de cargar con la controversial figura de Silvio Berlusconi; como consecuencia fue inmediatamente catalogada de “extrema derecha”, para frenar su ascenso, tratando de preservar la desgastada coalición de izquierdas globalistas.

Incluso la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quien ya amenazó a Polonia y a Hungría, se ha atrevido a afirmar que “tomará medidas” en caso que Italia respete el mandato de los votos, eligiendo a una coalición de derechas, en lugar de someterse a las decisiones e ideología de la UE. Es que ya no existe, para los globalistas, la soberanía nacional ni la posibilidad de que los ciudadanos se expresen, pues la única verdad la tienen ellos, los funcionarios de la euroélite subvencionada que jamás fueron elegidos pero que toman las grandes y pequeñas decisiones que afectan a los trabajadores europeos.

Extremista era aquel que se adhería a una ideología, autoritaria o totalitaria, que negaba la validez de los principios democráticos. Claramente, extrema izquierda es aquella que cree aún en el marxismo leninismo, procurando la concentración del poder en manos de una cúpula iluminada, negando las reglas naturales de la economía y pretendiendo representar los intereses de todo el pueblo. La extrema derecha no es diferente, pues parte de los mismos orígenes filosóficos que el colectivismo marxista, por lo que aborrece la idea de una sociedad de ciudadanos libres y es profundamente estatista, aunque utiliza un nacionalismo exacerbado para sustentar su aversión al mercado y a la democracia.

En nuestro país no existe extrema derecha, pero sí varias agrupaciones y personajes de extrema izquierda. Se etiqueta de extremista al que no duda en expresar su rechazo al marxismo cultural, a quien reclama sentido común en las políticas públicas, al que no teme discrepar con la moda ideológica.

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