ÚLTIMA HORA
PUBLICIDAD

La familia y el Estado

Imagen
Fecha Publicación: 05/08/2021 - 22:00
Escucha esta nota

Por Edistio Cámere

La persona es capaz de conocer y comprender el mundo que le rodea. La relación entre quien conoce y lo conocido es inédita, es novedad y es estreno, precisamente porque el ser humano es original e inteligente. La vida no comienza de cero; en cierto sentido, se ‘monta’ sobre la herencia constituida por la vida vivida por quienes nos han precedido en la tarea de vivir. El patrimonio cultural y la lengua, expresión del vínculo social, se reciben y se trasmiten directa, dosificada y exclusivamente por la propia familia. “A través de la educación familiar participáis en una cultura concreta, en la historia de vuestro pueblo o nación. El vínculo familiar significa la pertenencia común a una comunidad más amplia que la familia, y a la vez otra base de identidad de la persona (…) El concepto de “patria” se desarrolla mediante una inmediata contigüidad con el concepto de “familia” y, en cierto sentido, se desarrolla el uno dentro del ámbito del otro” (SS. Juan Pablo II, 1985).
La familia como institución juega un papel preponderante en la memoria e identidad de las personas y de los pueblos. La historia, compuesta por las gestas de los antepasados, las costumbres, las tradiciones, las creencias, etc., se atesoran y se trasmiten de generación en generación. El hombre supera el paso del tiempo al retenerlo a través de la memoria. La memoria familiar soporta el presente del hijo en su camino hacia el futuro, no sólo porque lo entronca con la cultura sino porque en ella fundamenta y descubre su identidad.
Las raíces, la memoria, la cultura… trasmitida por la familia activan el conocimiento del entorno, definen la personalidad y forma ‘hijos’ de la patria. La familia no es solamente una relación entre dos personas que deciden formarla, ellas crean una institución que los trasciende y se integra dentro del gran plexo social, cultural e histórico que es un pueblo o una nación. A su vez, en la familia se aprende a ser persona, a mostrar la intimidad que es lo que distingue y singulariza, a la par que también se aprende a vivir con otros y ser solidarios. De modo gradual y rodeado de afecto, el hombre –gracias a su familia– se instala activamente en su entorno.
Un árbol es más flexible y resistente a las inclemencias del clima en la medida que tenga raíces fuertes y profundas. De igual manera, el Perú mantendrá su esencia y su unidad en la misma medida que sus familias sean sólidas y fuertes. El valor que tiene la familia es inherente a su naturaleza, vale por ser lo que es. Al Estado no le corresponde intervenir hacia adentro para configurarla de acuerdo a ideologías de moda; su obligación es promulgar leyes que generen alternativas y faciliten los medios para que se desplieguen libres y con esperanza. Tal como sean las familias, será la calidad de un país. Apostar por el futuro es decidirse abiertamente a favor de las familias.

Para más información, adquiere nuestra versión impresa o suscríbete a nuestra versión digital AQUÍ.

Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter Instagram, y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.