La farsante e impostora universidad “Católica”
El esperpento ‘María maricón’ —un atentado contra la religión católica, producido por la secta LGTB y financiado por el Estado— no consiguió ser exhibido en el teatro de la Universidad Católica, tras el rechazo popular.
Siendo laico nuestro Estado, la mayoritaria porción de nuestra población profesa la religión católica. Lo comprueba el sentido fervor ciudadano hacia figuras religiosas como Santa Rosa de Lima, Corpus Christi; pero, fundamentalmente, el Señor de los Milagros. Lamentablemente, esas creencias permanecen siendo violadas por gente que practica el odio, el agnosticismo, el paganismo, el ateísmo y/o cualquier otra forma de escepticismo religioso. Esto, contraviniendo el respeto que guardamos los cristianos por las prácticas ateas que sobreviven en ciertos estratos. ¡Los peruanos tenemos pleno derecho a que se nos respete la voluntad de expresar y practicar la fe religiosa que elijamos! ¡Cualquiera sea! Consecuentemente, lo que NO debemos ni podemos permitir es que una pandilla de fanáticos intente imponernos credos que afecten, insulten y/o agredan nuestra fe religiosa. Como prepotentemente viene haciéndolo, desde tiempo atrás, la ahora infame Pontificia Universidad Católica del Perú (PUC); ente agnóstico y anticristiano desde que la mafia caviar secuestró este centro de estudios.
Hagamos memoria. La todavía Universidad Católica fue fundada en 1917 por el sacerdote jesuita Jorge Dintilhac. Aunque, desde la pasada década del sesenta —apelando a sus ínfulas, egolatrismos e inclinación delictiva— los caviares se apoderaron de la PUC. Hasta que, en el año 2012, violaron la decisión del mecenas de dicho centro de estudios, don José de la Riva-Agüero y Osma, quien legó sus bienes a ese oráculo educativo, condicionado a que —en adelante— los administre el Arzobispo de Lima, en calidad de Canciller de la Orden. Sin embargo, de manera prepotente, los caviares se apoderaron de las instalaciones de la PUC sin permiso de la Curia. Como resultado, El Vaticano prohibió —por decreto— que esta universidad utilice, en su denominación, los términos Pontificia y/o Católica. En simultáneo, el entonces cardenal Juan Luis Cipriani Thorne —en su categoría de Gran Canciller— retiró el mandato canónico que tenía la PUC para enseñar Teología Católica.
No obstante, estos invasores han seguido usando ilegalmente los títulos de Pontificia, Católica, afirmando el espíritu delincuencial de su entraña canalla. ¡Fácticamente dirigen la PUC amiguetes nombrados por la cúpula caviar que lleva las riendas de este Estado ateo y antidemocrático, desde que esa ralea consiguiera imponerse en estratégicas entidades estatales del Estado! ¡Empezando por el Ministerio Público y el Poder Judicial! Desde donde, tras la llegada al poder del ahora sentenciado delincuente Alejandro Toledo —a quien los caviares elevaron a la presidencia del Perú apelando a una asonada callejera, con muertes incluidas—, aquella mafia gobierna el Perú sin permiso suyo, amable lector.
Lo hace parapetada detrás de una maquinaria extorsionadora que chantajea al gobernante de turno, operada por totalitarios que controlan el aparato estatal. Incluso manejan centros de estudio como la PUC para sembrar su doctrina pervertida entre una juventud que, más adelante, formará parte del futuro Estado que seguirá normando la vida de los peruanos.
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, X, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.