La Fiscalía está de vuelta
Para los que tuvimos algún cargo o vinculación con el Ministerio Público allá por los años 1980, su década fundacional como organismo constitucional autónomo, será siempre deplorable la progresiva decadencia y pérdida de prestigio y de confianza ciudadana que fue perdiendo con posterioridad su cabeza, la Fiscalía de la Nación. Por supuesto que hubo grandes excepciones al frente de la institución, baste mencionar a Nelly Calderón, Adelaida Bolívar o Gladys Echaíz, honorables sucesoras de figuras señeras como don Gonzalo Ortiz de Zevallos Roedel, César Elejalde Estenssoro o Manuel Catacora González. También si hay que ser justos, este penoso declive no es más que el reflejo y consecuencia del grave deterioro institucional del sistema de justicia y de la gestión estatal en general, para llegar ahora al esperpento de Estado que tenemos casi capturado de capitán a paje por una morralla de socialistas y adláteres ineptos y corruptos.
Por ello, más allá de los cuestionamientos y dudas que existan, hay que reconocer que la reciente y trascendental decisión del Dr. Pablo Sánchez, actual fiscal de la Nación, de investigar preliminarmente a quien funge de Primer Mandatario y sospechoso de encabezar una presunta organización criminal desde las entrañas del aparato estatal, honra al Ministerio Público en su condición de titular de la acción penal y defensor de la legalidad. Ya en una columna anterior sostuvimos por qué la “casi absoluta inmunidad o inviolabilidad“ que goza el Presidente de la República establecida por el artículo 117 de la Constitución NO IMPIDE la investigación fiscal preliminar y baste añadir que una eminencia en la materia como Domingo García Belaunde sostiene lo mismo. Mejor jurisconsulto imposible, así que adelante.
El mandato del Dr. Sánchez, concluye en unos días y confiamos en que quien elija la Junta de Fiscales Supremos en su reemplazo estará a la misma altura de la responsabilidad que demanda la Convención de las Naciones Unidas contra la corrupción y que obliga al Perú. De lo contrario, quien sea, terminará rindiendo cuentas al país cuando el nefasto régimen de Castillo, Cerrón y su camarilla ruede por los suelos más temprano que tarde. ¡AMÉN! La Fiscalía está de vuelta.
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