La generación peruana que escribe ciencia ficción

Hasta hace unos años, en el Perú, la ciencia ficción, como género literario y artístico, era menospreciada por los estándares culturales. Entre los escritores, pocos se atrevían a redactar historias intoxicadas de futurismo distópico o espacial.

Hoy, la ciencia ficción es un género artístico medianamente respetado por el sector cultural peruano, estudiado por la academia, y que encuentra cada vez más y diversos mercados, para los cuales no deja de generar múltiples ofertas.

La space opera, el ciberpunk, las distopías, las ucronías y varias otras representaciones de la ciencia ficción, han aparecido de forma cada vez más constante desde hace poco más de diez años, cuando surgió una primera generación peruana de varios autores escribiendo y publicando ciencia ficción, lo que también influyó en una mayor producción y diversificación de otros géneros alternativos en la literatura peruana, como la fantasía y el terror, que ahora se publican en todas sus variantes, habidas y por haber, cuando antes, en Perú, eran géneros tradicionalmente ligados a mitos locales y cuentos populares.

La llegada del siglo XXI, con la irrupción del internet y de un mundo cada vez más globalizado y unidimensional, sumado a los procesos económicos que vivió el Perú desde la década de los 90, los cuales han permitido el surgimiento de una nueva clase media más diversa y flexible, que ha reemplazado a la anterior, que era básicamente conservadora, ha generado las condiciones para que las propuestas de minorías logren hacerse espacio en las distintas estructuras de la sociedad.

Hace veinte años, era imposible pensar en una editorial que publicase géneros alternativos como la ciencia ficción, la fantasía y el terror. Hoy, la oferta editorial es diversa, y pueden encontrarse editoriales dedicadas principalmente a estos géneros.

Este cambio de paradigma en la producción artística peruana ha venido acompañado de nuevos formatos empresariales que implican la aparición de decenas de editoriales independientes, las cuales, al tener dificultades para entrar en librerías, se enmarcan en mercados alternativos, como son las ferias del libro, la venta a colegios con visita de autores y, los últimos años, las ventas por internet, creando estrategias específicas para estos canales de venta.

Algunas de estas nuevas estrategias pudieron notarse con claridad en la última Feria Internacional del Libro de Lima (FIL), donde las editoriales independientes tuvieron gran presencia. Hace diez años, era extraño ver a escritores ofreciendo sus libros de manera permanente en los stands. Hoy, esto forma parte del ecosistema del libro: los más asiduos asistentes a la FIL-Lima, saben que, es muy probable que en un stand de editoriales independientes encuentren a un autor que les firme sus ejemplares.

Fue José Dellepiane, legendario escritor peruano, quien empezó esta tradición hace casi veinte años. En este sentido, Dellepiane fue visionario, pues marcó uno de los caminos para la comercialización de las publicaciones independientes en el Perú como se dan el día de hoy.

Pero todo es consecuencia de su tiempo. En esta era digital, en la que el libro como objeto va adquiriendo un matiz de coleccionable, pues la información suele estar en internet, la posibilidad de tener libros firmados directamente representa un valor para los lectores.

Si bien es cierto que el método tardó varios años en replicarse, actualmente se ha adaptado de múltiples formas al mercado, encontrando editoriales que incluso se enfocan en la venta directa por autores en ferias importantes, de manera tal que se genera una interacción sinérgica entre las empresas y los escritores, quienes encuentran y potencian su canal de distribución de libros.

Es la confluencia de estos factores los que están permitiendo una producción de género cada vez más diversa y versátil. El mercado, abriéndose paso, encuentra posibilidad de producir para diversas minorías, las cuales, en el mundo moderno, son respetadas y consideradas, por lo que el sistema, que antes repelía las expresiones artísticas de las minorías, hoy las estudia desde la academia, y les brinda respaldo cultural y social a sus iniciativas, por lo que podemos esperar más y muy diversa producción de ciencia ficción, fantasía y terror en el futuro cercano.

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