La guerra contra la comida chatarra
El término “comida chatarra” fue acuñado en 1972 por estudiosos del Centro de Ciencias de Interés Público, quienes buscaban concientizar a la población sobre aquellos productos con excesivo valor calórico y bajo aporte nutricional. Para los fabricantes, no obstante, producir este tipo de comidas tiene gran atractivo, ya que suelen ser baratas y de fácil elaboración, y generan grandes ingresos.
Resulta de suma urgencia realizar para la población una intervención social y educativa para eliminar gradualmente la “comida chatarra”, comenzando con las golosinas que son los productos afamados de los quioscos escolares. Además de regular las bodegas de las inmediaciones de las escuelas para reemplazar en su totalidad a los productos chatarra por los denominados “dulces nutritivos” que explicaré a continuación.
En mi artículo “Nutrición y acción social en el Perú” (https://tinyurl.com/y3kna77m) señalo sobre la intervención educativa nutricional: “Es urgente una estrategia educativa comunicacional de corto tiempo, eminentemente práctica y predominantemente demostrativa y que tenga como punto central la preparación y degustación y difusión de preparaciones consistentes donde se incluyan insumos nativos del Perú como papa, quihuicha, quinua, oca, cañihua, etcétera”.
De manera personal, tuve la oportunidad de desarrollar durante un curso de gestión empresarial la propuesta de emplear elementos nutritivos como el cultivo andino cañihua o la sangre de pollo en elaboraciones dulces, con gran contenido nutritivo: trufas elaboradas en base a polvo de cañihua y mousse de sangre de pollo. Esta última goza del característico hervor de la sangrecita, así que su consumo es adecuado y salubre.
Debido a la sobrepromoción tanto de golosinas, altas en azúcares, como de la comida rápida alta en grasa, este tipo de comida se convierte en una alternativa alimentaria y en el factor principal de compra para la alimentación cuando nos encontramos fuera de casa.
Ley Alimentaria. Es necesario mencionar que en el país de México se publicaron los lineamientos de la “comida chatarra”: los productos con alto contenido calórico y bebidas no alcohólicas que no podrán transmitirse en la televisión según horario de protección al menor. La regulación de la “comida chatarra” en México forma parte de la Estrategia Nacional para la Prevención y Control del Sobrepeso, Obesidad y Diabetes que necesita eliminar la publicidad de la comida chatarra de la programación infantil en la televisión y en el cine mexicano.
En este sentido, interesa señalar que los niños obesos pueden padecer enfermedades crónicas como la diabetes o la hipertensión. Por ello se recomienda que mantengan una alimentación adecuada para prevenir este tipo de enfermedad de grupo poblacional.
La nutricionista Carmen Martinelli del Hospital Nacional Guillermo Almenara Irigoyen, también llamado Hospital Obrero de EsSalud explica que el confinamiento y otras medidas adoptadas para contener el avance de la pandemia por COVID-19 aumentaron el sedentarismo y alteraron los hábitos alimenticios, generando exceso de sobrepeso en niños y en adultos.
Es imperante iniciar una deconstrucción de la “comida chatarra” y contrarrestar la publicidad porque circunstancialmente podemos consumirla, inclusive siendo conscientes de esta mala práctica alimentaria como advierten destacados nutricionistas, entre ellos mis padres: mi madre, Patricia Vega, quien es catedrática de la Facultad de Medicina de San Marcos y mi padre, Manuel Allain, quien además de ser un gran nutricionista es comunicador, con apariciones constantes y notorias en radio. A ambos saludo con mucho fervor y amor.
(*) Escritor, sociólogo y analista político. Consultor Internacional en Derechos Humanos para VIACTEC.
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