La hora del régimen Merino
La democracia retornó al Perú, tras haber sido secuestrada por una mafia no elegida para gobernar por el pueblo. La mafia de las oenegé politizadas, los medios de prensa corrompidos, las encuestadoras acomodaticias, los consultores y demás vividores del Estado. Perú fue pasto de estas insaciables garrapatas -ajenas a la voluntad popular- que, a cambio de enormes transferencias de dinero público, “apoyaban” al gobernante de turno respaldando incondicionalmente su gestión. Esta inmundicia fue inaugurada por Toledo, afianzada por PPK y consolidada por Vizcarra, rodeados de una claque chantajista progre-caviar que opera muy por encima de la voluntad popular, decidida a convertirse en el poder invencible que dominaría a cualquier gobernante de este país. Pues ayer esa camorra encontró la horma de su zapato. El Congreso de la República. En actitud valiente, digna, democrática y constitucional, vacó al ex mandatario Vizcarra por graves presunciones de corrupción. Aunque, comprobadamente, por su carácter oprobiosamente mendaz. Un sujeto que ha sido capaz de engañar al país de la forma en que lo hizo, era imposible mantenerlo con las manos puestas en el Estado peruano. El capítulo Vizcarra ya fue. Por más que esta banda de oenegés, medios venales, las encuestadoras tramposas y los consultores falsarios pretendieran -desde la noche del lunes y ayer todo el día- incitar el levantamiento popular. Y pese, asimismo, a que el propio Vizcarra intentó manchar el impecable, apabullante acuerdo de vacarlo diciendo “La democracia ha sido sometida a la dictadura de los votos”. Una cantinflada más de este golpista, pues la democracia radica, precisamente, en la mayoría de votos. Y su vacancia fue aprobada por 105 de los 130 congresistas elegidos como consecuencia del golpe de Estado que él perpetró.
El flamante presidente Manuel Merino de Lama necesita adoptar algunas medidas con inmediatez y firmeza. Despolitizar el Ministerio Público, devolviéndole la majestad que le imprimiese Gonzalo Ortiz de Zevallos Roedel, primer Fiscal de la Nación que juró en 1981 durante el segundo gobierno de Belaunde; y concluir la elección de seis tribunos del TC. Recordemos que por la politización de la Fiscalía -instigada por Vizcarra- Alan García se suicidó y, en pleno proceso electoral, Keiko Fijimori está “transitoriamente” libre, Castañeda y Luna Gálvez presos, César Acuña chantajeado, etc. Entonces, con la misma firmeza e inmediatez Merino debe acabar con millonarias corruptelas como la publicidad y las consultorías estatales, que merman recursos del Estado para Salud, Educación y Seguridad. A propósito, la reciente norma prohíbe la publicidad particular en los próximos comicios. Sólo habrá franja electoral pagada por el Estado. Por tanto, compensando aquellos miles de millones dispendiados por el Estado en medios como República, RPP, Comercio, el flamante gobierno debe exigir que, como concesionarios que son del Estado los canales televisivos, pasen gratuita la Franja Electoral. Es más. Si los conglomerados televisivos –como vienen repitiéndolo desde la noche del lunes- consideran golpista al gobierno instaurado constitucionalmente con el voto mayoritario de 105 congresistas, siendo consecuentes no deberían aceptar un centavo del Estado como pago por cualquier publicidad que intentase contratarles este gobierno.