La ilegitimidad de la bicameralidad

Comienzo destacando que estoy totalmente de acuerdo que nuestro Poder Legislativo, como predominante ha sido desde que el Perú se estableciera como república, tenga una estructura bicameral. Pues, por su extensión y diversidad territorial, requiere tener en el Parlamento legisladores que representen a los departamentos o regiones y otros que tengan su representatividad en función de la densidad demográfica de cada sector poblacional.
Asimismo, la bicameralidad permite que mejor funcione el ejercicio del control intra-poder del Estado, especialmente en la producción legislativa ya que los errores que cometa una Cámara al momento de producir un proyecto de ley, pueden ser corregidos en la otra Cámara, que actúa como Cámara revisora, Y, asimismo, en consideración a la diversidad de atribuciones que tiene el Parlamento, además de su función principal que es la de legislar, con la existencia de dos Cámaras es posible delimitar con mayor eficacia la distribución de funciones específicas.
En el mismo sentido que la bicameralidad, considero que es positivo el permitir que los parlamentarios puedan ser reelegidos para el periodo inmediato posterior al que esté ejerciendo. Pues, la experiencia adquirida durante el tiempo que ejerce su función no puede ser desperdiciada; al contrario, hay que aprovecharla. En todo caso, depende de la ciudadanía que, con su voto, exprese su conformidad o no con el legislador que eligió. No es un argumento válido, para prohibir la reelección parlamentaria, el decir que las reiteradas reelecciones parlamentarias genera corrupción o abuso del poder; pues, el legislador (por cierto, responsable), individualmente no tiene poder; lo tiene sí, en cuanto forma parte de un grupo partidario en el seno del Congreso.
Respecto a estos dos temas: el retorno a la bicameralidad y a la posibilidad de la reelección parlamentaria para un periodo inmediato posterior; hace pocos días el Congreso de la República acaba de aprobar la modificación de la Constitución para hacer realidad la vuelta a esos dos asuntos, que hace mucho tiempo viene interesando a los grupos políticos partidarios. A este respecto, se debe de precisar que el Parlamento, efectivamente, se ajustó a lo establecido en la norma constitucional, en cuanto al procedimiento aplicado, al haber conseguido aprobarla en dos legislaturas ordinarias consecutivas y con el voto a favor de más de dos tercios del número legal de congresistas; es decir, la toma de decisión, por parte de la representación parlamentaria fue legal.
PERO, lamentable, es ilegítima; por cuanto no se tomó la más mínima cuenta de la opinión ciudadana, la cual desde hace mucho tiempo viene manifestando su disconformidad con “tantos parlamentarios, que ganan tanto dinero, que luego de ser elegidos, se olvidan de sus electores”; lo cual significa que, tanto la aprobación de la bicameralidad y la reelección de los parlamentarios es evidentemente ilegítima.
Desde hace muchos meses lo advertimos, a través de este medio que cordialmente nos ofrece el Diario Expreso, que estando de acuerdo, técnicamente, con el retorno a la bicameralidad y a la inmediata reelección parlamentaria, era impostergable que, antes de llevar a cabo una modificación constitucional, desde el Parlamento, se inicie una intensa campaña de difusión, seria y responsable, que permita conseguir que la ciudadanía cambie de opinión sobre estos dos temas. Siendo necesario que, usando términos claros, precisos y entendibles para el ciudadano común y corriente, se explique: porqué es más importante para el Perú la existencia de dos Cámaras, en lugar de una; y además, porqué es preferible permitir la reelección parlamentaria, en lugar de prohibirla.
Esta es la razón por la cual considero que, a pesar de ser legal o constitucional, la decisión del Legislativo es ilegítima. Y, el ser ilegitima, significa que se hizo a espaldas de la opinión ciudadana. En consecuencia, me coloco del lado de los pesimistas: “cualquier cosa puede pasar”. Ojalá que nos equivoquemos.

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