La importancia de la ONU en la pacificación del mundo

Continúan desangrándose los pueblos del mundo, como consecuencia de conflictos entre dos o más países, que involucran indirectamente a muchos otros más, así como de acciones terroristas por parte de grupos armados cuya actuación no tienen una lógica explicación, como el perpetrado hace muy pocos días en la capital de la Federación de Rusia (Moscú), con un saldo de más de un centenar y medio de muertes inocentes.

A este escenario, se suman conductas totalmente inaceptables de autoridades de los países involucrados en estos enfrentamientos, mediante las cuales se “usan” a los pueblos como instrumento de presión para conseguir que los líderes que los gobiernen se obliguen a cambiar de actitud y, de esa forma, el país que considera tener la razón a su lado logre hacer realidad sus objetivos particulares. Ejemplo de ello, lo tenemos, en lo que viene sucediendo en el enfrentamiento entre Israel y la resistencia palestina (Hamás), en la Franja de Gaza, que ha dado motivo a que el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, nuevamente hizo un llamado “a un alto el fuego inmediato”, poniéndose “del lado correcto de la historia”, cuando “comunidades aniquiladas, hogares demolidos, familias enteras y generaciones eliminadas”, son expuestas a “el hambre y la inanición acosando a la población”. Todo ello que no tiene justificación, ha dado lugar a que, además, se restringa la ayuda humanitaria, que se dirigía para los pobladores de Gaza, y que se transportaba, desde Egipto, a través de una fila larga de camiones, a fin de satisfacer las más elementales necesidades de ese pueblo, que ansía la paz.

Frente a esa realidad, que debe ser una preocupación de los 193 países que integran esta organización mundial, se requiere que inmediato y con urgencia, en atención a lo previsto en la Carta de las Naciones Unidas, los países miembros de la Comisión Permanente, no pidan, sino exijan, el alto el fuego en todos aquellos lugares donde se vienen invirtiendo miles de millones de dólares en la fabricación de artículos bélicos y que, toda esa alta suma de dinero que únicamente favorece a los que proveen de ese material de guerra a los países intervinientes, se oriente en atender el hambre de las poblaciones del mundo.

Ya es tiempo para que, China, Estados Unidos, Federación de Rusia, Francia y el Reino Unido, en su condición de Estados Miembros Permanentes de la ONU, depongan su actitud y conducta hegemónica, orientada a ser los que manejan el mundo y pretenden establecer condiciones, a la que los otros 188 Estados Miembros se tienen que ver sometidos; es decir, así como invocan y dicen promover que funcione la democracia interna en todos los países, estos cinco Estados deben de actuar y comportarse, dentro del marco de la sociedad internacional, respetando el principio de autodeterminación de los pueblos en base a su libre determinación de sus decisiones, de manera tal que cada uno de los 193 Estados, en igualdad de condiciones, sean dueños de su propio destino, motivados en la aspiración de sus pueblos, como fuente de inspiración de lo que cada uno de ellos pretende.

El camino para lograr ese objetivo comienza por, no solamente invocar el termino de un conflicto bélico, sino también de no hacer uso de bloqueos, como instrumento de presión, para obligar a las autoridades de los gobiernos que no concilian con los intereses de las grandes potencias, provocándoles condiciones de ingobernabilidad, en base a “usar” a sus pueblos a sufrir angustias y hambre. Pues, de continuar actuando de esa manera, quiere decir que los países hegemónicos que hacen uso de su poder estarían cometiendo el delito de lesa humanidad.
Todos los pueblos del orbe no pueden seguir siendo “carne de cañón” del apetito inhumano de unos cuantos países; por lo tanto, es en ese sentido que la ONU tiene mucho que decir y explicar.

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