La indignación feminista es “a veces”
Por Ángela Ccanto Buendía
El uso político que determinados grupos han decidido armar sobre el feminismo, en el Perú, es igual a la siguiente frase: “Ancho para mis amigos, angosto para los demás”. No importa la imparcialidad, menos la objetividad.
Lo explicaré. Nunca hemos visto a los más grandes moralistas de Twitter, a los siempre indignados congresistas de izquierda o los de “centro morado”, que han hecho de la indignación una forma de subsistencia digital. Nunca los hemos visto lamentar, rechazar y denunciar los actos ilegales que sus amigos por conveniencia, ideología o de reuniones de fines de semana en Barranco han cometido contra otras personas, en especial cuando se trata de casos por violencia contra los miembros de una familia.
Exacto, señores, miembros de una familia, porque también los niños sufren violencia familiar. Y en otros casos, muy pocos, los hombres.
Magaly Solier ha sido acusada de maltratar a sus hijos, insultarlos, golpearlos y de ser una persona con la enfermedad del alcoholismo. Ha perdido la custodia de sus hijos.
Cumple todos los requisitos para ser una acusada por violencia familiar contra sus propios hijos. Pero, a pesar de todas las pruebas, testimonios, las denuncias en la comisaría de Huanta, los moralistas de Twitter, nuestros congresistas de izquierda morada, quienes no viven si no se indignan, no dijeron o escribieron una sola palabra.
Pero si un congresista, figura pública o actor que está fuera de los límites socialistas y de la adoración a Fidel Castro, comete el mismo delito que Magaly Solier, nuestros amigos de la nueva izquierda morada estarían pidiendo el paredón de la vergüenza y la deshonra contra esa persona.
Sus feministas ubicadas en diversas ONG estarían paradas frente al Poder Judicial pintando sus cuerpos de rojo para pedir justicia. Algo que nunca hicieron cuando su representante, Verónika Mendoza, se alió con un machista, misógino y homofóbico como Vladimir Cerrón. Nunca pidieron justicia para los hijos de Magaly Solier. ¿Por qué? ¿Porque es mujer? No, no lo hicieron porque consideran a Magaly Solier como parte del grupo de influencia. Para sus amigos siempre ancho.
Algunos medios de comunicación han ridiculizado y humillado a congresistas fujimoristas, de Acción Popular, Alianza por el Progreso, no importando si son mujeres. Pero las feministas de ONG y los indignados de Twitter nunca dijeron una palabra. Pero si criticas a una de las compañeras de la causa empiezan a sudar de indignación.
¿Qué nos puedes decir sobre ello? ¿Saliste a marchar por los hijos de Solier? Tú, amiga feminista, no olvides que la lucha es por todas y cada una. No solo por las mujeres de tu partido y sus derivados. Eso no es feminismo, es hipocresía a sueldo.
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