La inflación alcanza a todo el mundo
En 1997 se dio la primera crisis financiera del mundo globalizado, localizada en el Asia, impulsada por la caída del comunismo y el gran crecimiento económico de los llamados Tigres del Asia. En el contexto de una economía mundial sin regulaciones. Empezó con una crisis monetaria (cambiaria y de deuda externa) en Tailandia que se masificó en la región asiática. Todo indica que, de haberse estudiado las causas de esta crisis, en Occidente se hubieran disminuido los efectos de la crisis del 2008 (10 años después).
Hoy, la crisis financiera generada por los rezagos de la pandemia y los efectos de la guerra en Ucrania ha elevado la inflación mundial, tomando por sorpresa a gran parte del mundo. Aunque hay diferencias importantes entre países, en general la inflación ha subido casi en todas partes y las principales incertidumbres tienen que ver con la desaceleración del crecimiento económico mundial (riesgo de recesión), la duración de la escasa oferta en el mercado laboral (principalmente EEUU), en los estrangulamientos de la cadena de suministro y con la respuesta que den los bancos centrales al aumento de la inflación, para controlarla hacia su rango meta.
Los Bancos Centrales del mundo, principalmente la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), subestimaron a la inflación en un primer momento, lo que obligó a reaccionar con fuertes incrementos en las tasas de interés de referencia. Suponían que el incremento del gasto (de las personas) no llevaría a un aumento de la inflación.
La Fed ha incrementado la tasa en 4 puntos porcentuales entre marzo y noviembre, pero la tasa de interés en términos reales –es decir ajustada por inflación- sigue en terreno negativo por muy buen margen, por lo que seguirá incrementando la tasa de interés hasta alcanzar su inflación meta. Actualmente la inflación en EEUU está por encima del 8%.
El Reino Unido entró en recesión económica y la inflación se sitúa en una tasa superior al 11%, y pronostica que la economía británica se contraerá un 1.4% el 2023, antes de recuperarse. Su Plan de Contingencia contempla una mezcla de subidas de impuestos a ciudadanos y empresas, así como un programa de austeridad que pasa por subir los salarios públicos por debajo de la inflación, y recortes presupuestarios.
En Japón la tasa anual de inflación subió al 3.6% en octubre, por la debilidad del yen frente al dólar, y la consecuente subida de precios de los productos básicos importados por las limitaciones de la oferta mundial.
Los Bancos Centrales en el mundo consideran que la inflación se debe a un exceso de la demanda, por lo que, para controlarla, vienen aumentando sus tasas de interés de referencia, lo que trae como efecto una desaceleración en el crecimiento económico y de los salarios, y un aumento en el desempleo, siendo así que una política monetaria más estricta o restrictiva terminaría empeorando la desigualdad en los ingresos. Sin embargo, si la historia sirve de guía, no experimentaremos un aumento descontrolado de la inflación y la misma no durará más allá de dos años.
La semana pasada, en la cumbre del Grupo de los 20 (G-20) de las mayores economías del mundo, reunidas en Bali (Indonesia), se acordó que los Bancos Centrales del G-20 seguirán de cerca el impacto de las presiones sobre los precios en las expectativas de inflación, y seguirán calibrando adecuadamente el ritmo de endurecimiento de la política monetaria, para limitar los efectos de contagios (de lo que hace la Fed por ejemplo) que afecten a las economías emergentes, por la posibilidad de que se produzcan enormes salidas de capital si continúan las alzas agresivas de tasas en Estados Unidos.
En noviembre el Banco Central de Reserva del Perú acordó seguir elevando la tasa de interés de referencia en 25 puntos básicos, llevándola a 7.25%, sin considerar el costo social que estas medidas tienen en países emergentes como el Perú (recesión, desempleo, informalidad, crecimiento de la pobreza, pobreza extrema y otros), lo que obliga a que las acciones del BCR se coordinen con el Ministerio de Economía y Finanzas. Sin duda, en las economías de países desarrollados, el impacto social de elevar la tasa de interés es mucho menor.
Como hemos visto, la causa fundamental de la inflación en el Perú es de orden externo, lo que se agrava si consideramos que importamos el 80% del petróleo que consumimos, al igual que grandes cantidades de trigo y maíz a precios altos, debido a que no los producimos.
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