La izquierda es falsa y ajena
Esta es la lógica ridícula y falso moralismo de la izquierda caviar de nuestra variopinta política peruana. Atentos al siguiente ejemplo: cuando una mujer realiza una denuncia en contra de un hombre por maltratarla, golpearla, violarla y más delitos que muchas veces se cometen, las feministas de izquierda y medio Twitter se llenan de amplia indignación, y buscan destruir y sepultar al presunto agresor. Para este grupo “defensor de los vulnerables” no importan las pruebas y manchar la honra de una persona que puede ser inocente. Para ellos es suficiente con la palabra de una mujer o persona vulnerable para decir que ese hombre es culpable.
Estas formas de pensar y actuar se ven materializadas en una falsa denuncia que una feminista de la PUCP realizó en contra de un profesor. Lo acusó de hostigamiento sexual, homofobia, misoginia y más. La feminista indignadísima no tenía ni una sola prueba y lo denunció públicamente, tildándolo, además, de corrupto. Todo el izquierdismo caviar pegó el grito al cielo y brindaron todo el apoyo a la “denunciante” y azotaron hasta casi morir al profesor de la PUCP. ¿Las pruebas? ¡No importa! Es mujer y “víctima”: debemos creerle.
Dos años después, la misma feminista indignada fue sentenciada a casi dos años de prisión suspendida y a pagar una alta cantidad de indemnización. Las ideas retorcidas de estas personas sobre justicia y dignidad son totalmente inservibles.
Gonzalo Alegría, el “candidato” de izquierda, fue denunciado por su propio hijo por violencia sexual y física. Una víctima, definitivamente. Y suponíamos que, al igual que en el caso de su amiga feminista, en esta oportunidad darían todo el apoyo al hijo víctima de un padre violento y abusador. Pero no. Lo primero que dijeron fue: “¿Dónde están las pruebas?”, “Atacan a Gonzalo porque va quinto en las encuestas”. “Todo es un plan de Keiko y de Vox de España”. Lo más vergonzoso e hipócrita es que Verónika Mendoza no haya dicho una palabra en el momento indicado. ¿No se supone que defienden y se desviven por las víctimas? ¡Ah! Pero si el victimario es de su partido y rojo como ellos, piensan tres veces antes de hacer uso de su ya famosa indignación selectiva.
La denuncia es real y existe, es tangible. Lo que no existe es la sangre en sus caras para llamarse a sí mismos “la reserva moral”. Ni reserva ni moral de nada. Lo mismo ha ocurrido con la aprobación de la ley que declara el 22 de abril como el día de la lucha contra el terrorismo. Votaron en contra porque no incluyeron sus caprichos. Son capaces de romper todo si no se aceptan sus absurdos, inservibles y caprichosos pedidos. ¡No les crean nada!
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