La joven Jeanne
Quién no vive ansioso. Respice post te! Hominem te esse memento!, “recuerda que eres un mortal y no Dios”, le decía el siervo al general romano para que no se envanezca. Según algunos científicos, el cuerpo tiene todo para “durar”, pero lo saboteamos desde la emoción y el hábito. Hay casos de longevidad asombrosos como el de Jeanne Louis Calment, que vivió 122 años y fue novia de Van Gogh… o pese a ello.
No falta un aguafiestas que nos haga dudar, como el matemático Nikolay Zak, que investigó el caso, los rasgos, los índices de decrecimiento corporal y concluyó que Jeanne murió en 1934 y su personalidad fue usurpada por su hija para no pagar el impuesto de sucesiones.
Yvonne, la hija, habría fallecido en 1997 a los 99 años. Jean Marie Robine desmiente a Zak porque la longeva Jeanne tenía algunos datos que solo ella conocía, secretos propios, familia y amigos de buena data, además de registros médicos que el alcalde de Arlés en 1999 confirmó: Jeanne al morir era Jeanne.
Marcelino Abad Tolentino es un peruano de 119 años, de Chaglla, pasó años comiendo frutas y hortalizas en una hacienda abandonada, dándole al trabajo físico con la energía de un adolescente. Hace algunos meses descubrí en esta columna la longevidad de un neurólogo psiquiatra peruano que se mantiene en actividad, Raúl Jerí, que sirve ad honorem en un hospital y pasó los cien.
Muchos periodistas lo buscaron. Era amigo de uno de mis abuelos que no alcanzó ni la mitad de su trayecto. Su secreto caminar, trotar y alimentarse con verduras. La célebre Louis Hay celebraba sus 80 años en una conferencia anunciando que ese día iniciaba la “mejor década de su vida” y lo fue. Sabía sanar emociones para sanar el cuerpo. Murió a los 90.
Cuando Jeanne Louise Calment cumplió 122 años advirtió que “gozaba y disfrutaba vivir la vida, cada día y todos los días”.
Era ya octogenaria cuando se inició en el esgrima y centenaria cuando se compró una bicicleta para andar de ruedas todo el día: “La juventud es un estado del alma, no del cuerpo, por eso yo sigo siendo una chica”; “Sonreír siempre!”; “Si no puedes hacer nada con respecto a un problema, no te preocupes más por ese problema”; “Nunca uso rímel porque me río hasta llorar con mucha frecuencia. Y la verdad, creo que me voy a morir de risa”.