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La Junta y sus junteros siguen en veremos

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Fecha Publicación: 12/11/2023 - 21:30
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En mi columna del pasado 18 de setiembre comenté que, “cualquiera que fuera el resultado que tenga la decisión política del Parlamento Nacional” respecto a la destitución de los actuales junteros de la Junta Nacional de Justicia, debería revisarse un tema más trascendente sobre ella, cual es su forma de conformación.

Ha pasado más de mes y medio, y el debate congresal respecto al destino de los actuales integrantes de la Junta continúa, hoy con la interferencia a la función parlamentaria por parte del órgano judicial, y no se observa la más mínima intención de los congresistas de ocuparse de analizar el tema de fondo, y que tiene que ver con la forma o procedimiento mediante el cual se elige y/o designa a los integrantes de la Junta Nacional de Justicia.

El Consejo Nacional de la Magistratura, que fuera reemplazado por la actual Junta, cuando los constituyentes lo crearon, cuidaron que en el manejo de su conformación, para cuidar que la sociedad, indirectamente, esté involucrada en la decisión, estableció que sea a través de los colegios profesionales y las universidades las que eligieran a sus representantes entre sus miembros y, además, las instituciones directamente involucradas en la administración de justicia, como son el Poder Judicial y el Ministerio Público, igualmente, debían elegir a quienes los represente, a través de una elección por parte de la Sala Plena de la Corte Suprema y la Junta de Fiscales Supremos, respectivamente.

Es decir, como vemos, no había la posibilidad de que sean los que están sometidos a la fiscalización y control del ente rector, como lo era el Consejo Nacional de la Magistratura (“jueces de jueces”), sean los que manejan la designación de los integrantes del órgano constitucional que los van a fiscalizar, como quedó ahora establecido, que el presidente del Poder Judicial y el Fiscal de la Nación sean los que conformen la Comisión de Evaluación para seleccionar a los junteros. Esto es una aberración que tiene que ser corregida.

Asimismo, insisto, como llamé la atención en anterior oportunidad, se debe de despolitizar la selección de los integrantes de la Junta, cuya denominación debe retornar a su nombre original (Consejo Nacional de la Magistratura). Pues, bajo el equivocado criterio que “debe de primar la meritocracia” (como si los que cometen actos de corrupción no fueran inteligentes – son más inteligente, pero para el mal), se determinó que una Comisión Especial, integrada, especialmente, por los titulares de varios organismos constitucionales sean los que la integren.
El Defensor del Pueblo, integra y preside dicha comisión, que además la conforman el presidente del Tribunal Constitucional y el Contralor General de la República, todos ellos elegidos políticamente por el Parlamento Nacional, además de los ya mencionados titulares de los órganos del Estado que se encargan de la administración de justicia en el Perú; estos dos últimos se convierten en “juez y parte” del organismo que los debe de fiscalizar.
Nuevamente, hay que destacar que el mal funcionamiento de las instituciones del Estado no depende necesariamente de la estructura u organización que tengan, sino de las personas que lo integran, y de la forma de cómo se comportan o ejercen sus funciones.

En el caso de la actual Junta Nacional de Justicia, desde su origen, nació mal; en consecuencia, lo que mal comienza termina mal. En consecuencia, para corregir este desaguisado no hay que continuar haciendo más experimentos, corriéndonos el riesgo que se termine peor.

Suficiente con retornar al sistema eleccionario que se tenía con el Consejo Nacional de la Magistratura y, eso sí, difundir con mayor énfasis, a través de los medios comunicación, los nombres y antecedentes personales de los postulantes que se presenten para ser elegidos por los diferentes colegios profesionales y organismos constitucionales, como lo previó la Constitución vigente, antes de la modificación promovida por el expresidente Vizcarra.

No pierdo la esperanza de ser escuchado.

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