La lógica política de Giovanni Sartori

Giovanni Sartori le ha asignado una lógica a la ciencia política y al análisis político. He ahí su principal contribución: enseñar el método del logos como condición para pensar y construir pensamiento empírico legítimo acerca de la estructura y el proceso político.
La ciencia política y el análisis político están conformados por la lógica, que constituye la forma y no cambia, y por los objetos de estudio empíricos, que constituyen el fondo y cambian permanentemente.
El maestro Sartori tiene un opus magnum de lógica política, basado en la lógica aristotélica. La ficha técnica de dicho libro es la siguiente:
Giovanni Sartori (2011). ¿Cómo hacer ciencia política? Lógica, método y lenguaje en las ciencias sociales. Madrid: Taurus.
El capítulo V de dicho libro se titula “Reglas para el análisis de los conceptos”. Ahí se encuentran ciertas líneas guía o reglas prácticas para pensar la política, de las cuales debo destacar las siguientes:
De cada concepto empírico, contrólese siempre y por separado:
a) Si es “ambiguo”, es decir, de qué manera el significado se vincula al término.
b) Si es “vago”, o sea, en qué modo el significado se vincula al referente.
Contrólese siempre:
a) Si los términos clave (el que designa el concepto y los términos vinculados) están definidos.
b) Si el significado declarado por su definición no es ambiguo.
c) Si el significado declarado permanece sin cambios y coherente a lo largo de todo el tratamiento.
Contrólese siempre si los términos clave se usan de manera unívoca y coherente en su significado declarado.
Hasta prueba en contrario, ninguna palabra debería usarse como sinónimo de otra palabra.
Respecto a la estipulación de sinonimias, la carga de la prueba se invierte: lo que se debe demostrar es que, al atribuir significados diferentes a palabras diversas, no se crea una distinción irrelevante.
En la reconstrucción de un concepto:
a) Recoja un conjunto representativo de definiciones.
b) Extraiga de ese conjunto sus características.
c) Construya matrices que organicen esas características de manera significativa.
Para la extensión de un concepto, evalúese siempre:
a) Su capacidad de violar fronteras (boundlessness).
b) Su grado de discriminación denotativa en relación con sus componentes.
La ausencia de límites de un concepto se puede remediar aumentando el número de sus propiedades; la adición de nuevas propiedades mejora también el poder discriminante del concepto.
La connotación y la denotación de un concepto están inversamente relacionadas.
En la elección del término que designa el concepto, póngase en relación con—y contrólese—el campo semántico al que pertenece el término, es decir, con el conjunto de las palabras vinculadas y limítrofes.
Si el término que designa el concepto altera el campo semántico al que pertenece, justifíquese la elección demostrando:
a) Que ningún significado del campo se perderá.
b) Que la ambigüedad no aumentará al ser transferida al resto del campo semántico.
Asegúrese de que el definiens de un concepto sea adecuado y parsimonioso:

Adecuado en cuanto que contiene bastantes características aptas para identificar los referentes y sus límites.
Parsimonioso porque ninguna propiedad accesoria se incluye entre las propiedades necesarias o definitorias.
Por supuesto, la ciencia política y el análisis político tienen dos lenguajes: la lógica y la matemática. Por tanto, todo politólogo y analista político, ideográfico y cualitativo, debería ser sartoriano y conocer la lógica del pensamiento político.
Por último, este artículo también podría titularse: “Cómo ser politólogo y analista político y no morir en el intento”.

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