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La marca PPC

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Fecha Publicación: 03/07/2023 - 21:45
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Cuando la fábrica de Nissan en Barcelona anunció su cierre definitivo, el sindicato levantó las banderas de la autogestión; ellos mismos fabricarían los autos para mantener los puestos de trabajo.

El entusiasmo ideológico en los medios catalanes cedió cuando comprendieron que, aun cuando tengan las máquinas y a los trabajadores especializados, no podrían producir siquiera una unidad, pues cada autoparte proviene de distintos lugares del mundo, siendo fabricadas por diferentes empresas; Nissan ha ideado cada una de ellas, certifica su calidad y las une según el patrón definido por costosas investigaciones.

Ese modelo ha sido registrado como propiedad de Nissan y nadie puede siquiera imitarlo. Y como ningún catalán invertiría su dinero en un auto sin nombre y sin garantía, la realidad aplastó la ilusión sindical. Lo que es evidente en la industria, no lo es en la política.

Hace décadas que las “empresas” productoras de programas y de gestores públicos sufren la desconfianza de los “consumidores” en el mercado electoral; ellos prefieren invertir sus votos en productos que no han pasado ningún control de calidad, simplemente alguien puso el capital para el marketing necesario, con el objetivo de convertir a un personaje sonriente o vociferante en candidato exitoso, según las preferencias ya observadas en estudios de mercado. En nuestro país, ante el profundo vacío en la oferta electoral, se siguen mencionando nombres de individuos, supuestamente provistos de algunas habilidades personales, para que gobiernen nuestro complejo país.

Así, seguimos profundizando la crisis política que posterga el crecimiento y desarrollo de la economía de los peruanos, pues nadie piensa a mediano plazo.

Si pudiéramos desprendernos de los prejuicios inculcados por los demagogos en diversas etapas de nuestra historia, coincidiríamos en la necesidad de consolidar de nuevo “empresas” políticas modernas, que trabajen en la formación de gestores de políticas públicas, y ofrezcan a los electores programas serios y coherentes con una perspectiva ideológica permanente que, de acuerdo a nuestras preferencias, nos permitan votar por un modelo de sociedad y no por los gestos de un candidato.

Diversos grupos de personas vienen trabajando en proyectos políticos, la mayoría de corto plazo y sin contenido programático; apenas tratan de publicitar propuestas incoherentes a gusto del auditorio.

De allí la importancia del esfuerzo por rescatar antiguos partidos políticos como el PPC, coautor de las dos últimas Constituciones, impulsor de la Economía Social de Mercado, defensor del Estado de Derecho para garantizar la estabilidad social que la economía de los peruanos necesita.

Creado por Luis Bedoya Reyes, el PPC ha sido la mejor escuela política de eficientes gestores públicos a nivel local y nacional, aspira ahora a continuar produciendo políticos de su reconocida marca y calidad.