La menopausia en la política
En el Parlamento español, se discutía una propuesta para investigar los efectos de la menopausia y promover campañas de información. Todos los grupos políticos la apoyaron. Todos, excepto Vox, partido de derecha conservadora.
No solo se opusieron, sino que se burlaron de la iniciativa. Y lo más vergonzoso: la burla no vino de un hombre, sino de una parlamentaria. Una mujer riéndose de lo que millones de nosotras atravesamos cada día, mientras sus compañeros de bancada celebraban el chiste. Imagino que, a estas alturas, debe estarse arrepintiendo.
No soy de las que huelen los guisos de la madre patria para idealizarlos, pero en esta oportunidad la propuesta me pareció un acto de justicia. No estamos hablando de un tema menor ni de un capricho. Hablamos de una condición que afecta a la mitad de la población mundial y que, por siglos, ha sido ignorada.
Porque, seamos sinceros, la medicina ha sido históricamente vista desde una visión masculina. Durante siglos, los estudios clínicos se han hecho con hombres como referencia. ¿El resultado? Sabemos más sobre la disfunción eréctil que sobre la menopausia, a pesar de que esta última afecta a todas las mujeres en algún momento de su vida.
Para cada una de nuestras etapas —menstruación, embarazo, parto, lactancia—, nuestro cuerpo cambia, muta, se transforma, sufre. Y cuando entramos a la menopausia, todo se deconstruye nuevamente. Es como un terremoto final en nuestro cuerpo.
Pero, mientras tanto, nos siguen diciendo que lo normal es aguantar. Que el insomnio, la ansiedad, la depresión, los huesos quebradizos y los sofocos incontrolables son parte de la vida y que hay que sobrellevarlos en silencio. No. La solución no es callar. Es investigar. Es visibilizar. Es normalizar.
Dicho esto, a todas luces es un despropósito que la derecha española satanice cualquier iniciativa que, por venir de las canteras de izquierda, limite los derechos de la mitad de los habitantes del mundo. Aquí no estamos hablando de política partidaria. Este no es un tema ideológico. No es un capricho. Es ciencia. Es salud pública.
Porque si hemos llegado al punto en que investigar la menopausia genera burlas en un Parlamento, significa que la ignorancia sigue teniendo más peso que el conocimiento.
Mucho cuidado con los discursos termocéfalos de la derecha intolerante. Queremos una derecha moderna e inclusiva.
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, X, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.