La mentira forma parte de la personalidad

La personalidad, es, el sello que identifica a las personas en la forma de ser consigo mismo y los demás, influenciando la genética, herencia, la forma de pensar, percibir las cosas que le rodean, las actitudes que asumen, el desarrollo dentro de la familia, el saber diferencias lo bueno de lo malo, se relaciona con la ética y moral y el constante aprendizaje que han internalizado a través de los modelos a imitar, que sirven de referencia para definir una personalidad dentro de la aceptación de la normalidad.
La mentira, es no decir la verdad, para que las personas no se sientan descubiertas realmente como son; y esa percepción de la vida equivocada, forma parte de la personalidad, el modus vivendi, porque así le enseñaron a vivir, desarrollarse, distorsionando la realidad para que aparentemente sentirse bien, empero en el fondo de su ser, existe una serie de conflictos irresueltos de orden psicológico, que le son difíciles de desvincularse; y lo observamos desde la niñez hasta la adultez, por ejemplo, el niño, que le esconde la tarea a su compañero, para que no la presente al maestro, porque él no la ha hecho, en el fondo siente envidia, no solamente desea perjudicarse sino al compañero que sí cumplió con su trabajo, es decir, su propia deslealtad la proyecta a otra persona. Esa conducta, la aprendió en el hogar, el niño o los niños, se dan cuenta que los padres son mentirosos, desleales consigo mismo y otras personas, por lo tanto, actúan de la misma forma en la creencia que es correcto cómo se comporta.
Sin querer o querer queriendo, he escuchado y he visto, que algunos padres no los hacen responsables a los hijos, al momento que tienen que estudiar para rendir una prueba en la escuela, diciéndoles, “sino has estudiado al menos copia para que tengas buenas notas”. Esa actitud, marca para toda la vida a los hijos, porque se les enseña el camino fácil, sin responsabilidad, ni sacrificio, sin explicarles que los logros no llegan por arte de magia, sino con los compromisos asumidos. Uno de los hijos de esta familia de joven se involucró en un delito contra el patrimonio, cuando se desempeñaba como cajero de un banco. En una época estaba pasando momentos difíciles económicamente y en lugar de solicitar ayuda, se inclinó a lo más fácil, se apodero del dinero de la caja y no rindió cuenta, al momento se realizó el arqueo y arrojo un faltante, que en principio esta persona negó, pero frente a la evidencia acepto su participación y responsabilidad. Cuando se le pregunta, porque ha actuado de esa forma, contesto, asociando lo que su padre le había enseñado cuando no había estudiado para un examen que copiará; y él dijo, en su fuero interno “sino no tengo dinero agarro lo de la caja y después lo repongo”. Nunca lo hizo, por eso se vio envuelto en temas policiales y judiciales, que la ley le exigió a cumplir.
Este sujeto, no aprendió de los errores, sino todo lo contrario, enseño a sus hijos a perfilar una personalidad mentirosa, enseñándole el camino fácil para obtener las cosas sin ningún sacrificio, tan es así, que los hijos, sustraían el dinero de las alcancías de la colecta de la cruz roja, fueron comprendidos en investigaciones por actos antisociales por infractores a la ley penal. Cuando fueron evaluados psicológicamente, expresaron que nunca vieron en su padre un hombre de buenos ejemplos, siempre les enseño los caminos torcidos de la mentira y traición.
Con el tiempo se dieron cuenta que la mentira no los conducía a nada bueno y decidieron cambiar de actitud y ahora son hombres de bien con una familia constituida y ejemplar.

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