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La Nobel y Borges

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Fecha Publicación: 15/10/2024 - 22:30
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Han Kang, escritora surcoreana, ha ganado el Premio Nobel de Literatura 2024. El primer párrafo de su novela La clase de griego, es fascinante para quienes admiramos a Jorge Luis Francisco Isidoro Borges Acevedo: “Borges le pidió a María Kodama que grabara en su lápida la frase ‘Él tomó su espada, y colocó el metal desnudo entre los dos’. Kodama, la hermosa y joven mujer de ascendencia japonesa que fuera su secretaria, se casó con Borges cuando este tenía ochenta y siete años y compartió los últimos tres meses de la vida del escritor…”
La hermosa y joven mujer que es también Han Kang, recurre en su novela al Borges que muchos intuimos en sus cuentos y poemas como el gran, y a veces, trémulo testigo y protagonista de la condición humana. Uno de los personajes centrales de La clase de griego es un sencillo profesor que se detiene, incrédulo, en una frase de El Aleph: “El mundo es una ilusión y la vida es un sueño” y hace una anotación al margen de la página: “¿Cómo puede ser un sueño si mana la sangre y brotan las lágrimas calientes”
El profesor de griego, al igual que Borges, libra una batalla solitariamente épica contra la ceguera. Esa lenta lucha entre la luz que desaparece y la niebla que fluye - dice Han Kang- simboliza la inevitable oscuridad a la que todos nos dirigimos. “Su condición es también un reflejo de todos nosotros. Todos nos movemos gradualmente hacia la oscuridad y la desaparición, al igual que este personaje”, explica la autora galardonada.
En la humilde casa de Han Kang, había pocas cosas, pero estaba llena de libros que fueron su refugio y que, al igual que a Borges, le presagiaron un destino literario. Su familia se trasladó a Seúl cuando tenía 11 años y tuvo que estudiar en cinco escuelas diferentes. El escritor pobre de Gwangju, Han Seung-won, alternaba las horas de las letras con muchas otras de distintos oficios para sostener a su familia. La grandeza para retratar la fragilidad de la condición humana a la que ha aludido la Academia Sueca al concederle el premio a Han Kang, tiene mucho que ver con ese ignorado escritor y papá que tanto la quería.
Borges era perfectamente bilingüe al punto que ha escrito poemas en inglés. Pero también tenía muchos conocimientos de otros idiomas. En el encuentro que tuve con él y con María Kodama, en un momento de nuestra larga charla en la que yo recitaba sus poemas y párrafos de sus cuentos, él me interrumpió declamando unos versos incomprensibles para mí. Al notar mi extrañeza, me preguntó: ¿No sabe usted alemán? Le contesté que no y él replicó: qué falta de curiosidad la suya…
Es tarde ya para aprender el griego, pero no para volver a escuchar esa clase magistral de Han Kang.
Jorge.alania@gmail.com

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