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La ofensiva legal contra los militares: del conflicto armado a la guerra política

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Fecha Publicación: 17/05/2025 - 20:40
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La izquierda radical, tras el fracaso de la lucha armada, ha desplazado su estrategia hacia una nueva modalidad de batalla: la ofensiva política y jurídica, pero actuando siempre bajo los pilares tradicionales del comunismo, que son: la dialéctica, que impone una visión binaria de opresores y oprimidos; el antimilitarismo, que ve en las Fuerzas Armadas un obstáculo para la transformación revolucionaria; el internacionalismo, que impulsa una moral sin fronteras culturales; y el materialismo, que niega todo valor trascendente a la defensa nacional.
Bajo esta nueva línea de acción, se ha sustituido la violencia por una ofensiva legal, utilizando para tal efecto juicios ante tribunales, demandas ante organismos internacionales y campañas mediáticas en diversos medios de comunicación, donde se utilizan discursos cuidadosamente elaborados. En esta nueva forma de batalla, ya no se invocan revoluciones, sino derechos como la igualdad de género, la defensa del medio ambiente, los derechos humanos, etc.
Un ejemplo concreto de esta estrategia es la forma en que se ha judicializado la actuación de los militares durante la lucha contra Sendero Luminoso, donde se ha elaborado una narrativa que omite el contexto de violencia extrema generado por el terrorismo, promoviéndose diversas causas legales contra los militares debido a las consecuencias generadas por quienes defendieron al Estado en condiciones sumamente adversas. Así, la izquierda, al ser antimilitarista, busca desmoralizar a las Fuerzas Armadas mediante juicios eternos, y a su vez deslegitimar su historia.
Los objetivos son evidentes: buscan debilitar las estructuras que sostienen la soberanía nacional, entre ellas, las Fuerzas Armadas, que son símbolo de defensa, orden y estabilidad. Para lograrlo, se ataca la memoria histórica, la identidad nacional y la soberanía, pretendiendo imponer un relato único donde los militares son retratados como violadores de derechos humanos y los terroristas, como luchadores sociales.
No podemos ignorar que esta tendencia también apunta a un objetivo mayor: transformar los fundamentos de la cultura occidental y cristiana, pues a través de ONGs afines a esta ideología, se promueve una visión relativista, desarraigada y ajena a nuestras tradiciones, con el fin de reemplazar la soberanía por una nueva ética global al servicio de intereses ideológicos.
Con la defensa de las Fuerzas Armadas no se busca negar o justificar los excesos ni los errores de aquellas épocas, sino reivindicar su rol histórico en la defensa del país frente al terrorismo, buscando preservar la verdad, la justicia y el derecho.
No podemos permitir que el sacrificio de quienes defendieron al país quede silenciado por intereses políticos o por una justicia instrumentalizada. La gratitud y el reconocimiento a nuestras Fuerzas Armadas deben sostenerse como un deber moral y un compromiso con la verdad histórica. Profesor universitario de Derecho.

(*)Presidente del Instituto Peruano
Argentino de Derecho Penal

Por Iván Torres La Torre

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