La página 7035
En los años 80, en aulas de la Institución Educativa 7035-Leoncio Prado, ubicada en Pamplona Alta, sucedieron hechos que el tiempo se encargó de tallar en su real envergadura. Allí se gestaron propuestas pedagógicas trascendentes como El Festival Folclórico, La Escuela de Padres, El Municipio Escolar, entre otras, que se irradiaron a nivel nacional. Los maestros leonciopradinos, como sucede en muchos centros educativos del país, siempre fueron y siguen siendo osados, apuestan por lo más difícil, en silencio trabajan en equipo, haciendo sinergia, a pesar de infaltables dificultades, todo esto alejados de falsos y oscuros flashes de las cámaras de los burócratas del Ministerio de Educación. Es que la labor docente es vocación de servicio, más allá del maltrato y olvido de los diferentes gobiernos de turno. En toda esta gesta lograron hacer partícipes permanentes en la formación de sus hijos a los comprometidos padres de familia.
A inicios de semana nos sorprendieron con otra grata noticia: inauguraron su sala de lectura para niños de primaria, una sala de verdad. Ellos están convencidos de que a través de la lectura es posible construir los primeros peldaños para ir formándose como ciudadanos; creen en el libro y apuestan por la lectura porque saben que en este espacio quienes asistan tendrán la posibilidad de encontrar al mejor amigo, al que nunca falla y con quien podrán viajar y soñar y, con seguridad, pensar. Este espacio está creado para que los niños disfruten del placer de descubrir mundos distintos mientras leen. Los maestros tienen clarito que “El recuerdo que deja un libro es más importante que el libro mismo”. Para ello han considerado todos los pormenores para integrar de verdad la lectura como una actividad democrática, donde el acceso sea para estudiantes de diferentes grados y, además, sea una actividad transversal permanente y no sea flor que arome solo un día. Es que “Si uno no puede disfrutar leyendo un libro una y otra vez, no tiene sentido leerlo”, como dijera Oscar Wilde.
Ojalá que algún día los funcionarios del Ministerio de Educación entiendan y crean en la importancia de proyectos “pequeños” de gran envergadura. Y ojalá que el sano hábito de leer sea el principal alimento para que nuestra niñez y juventud peruanas crezcan vigorosas de mente y tengan los anticuerpos para resistir todas las artimañas con las que nos distraen los mensajeros de la ignorancia que siempre nos querrán robustos de nada. Felizmente, apenas abro la página 7035 del libro de la vida y ya se divisa el horizonte.
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