ÚLTIMA HORA
PUBLICIDAD

La paradoja de los 90

Imagen
Fecha Publicación: 29/04/2021 - 20:40
Escucha esta nota

La campaña de Keiko Fujimori se está pareciendo a la del Fredemo de Mario Vargas Llosa en 1990. Y la de Pedro Castillo a la de Alberto Fujimori (ambos llegaron por la izquierda), con tsunami de última hora y bacalao incluido. Todo el establishment político y económico está con Keiko, mientras los sectores AB y los mesocráticos se han puesto la camiseta blanquirroja contra el comunismo. El mismo Vargas Llosa le ha dado su bendición a Keiko. Sólo falta que se saque al Señor de los Milagros en procesión como ocurrió en aquel entonces por Vargas Llosa, aunque por la pandemia lo más probable es que sólo se llegue a una cadena de oración. Aún no se ha ampayado al cardenal Barreto metido en una maletera como lo hizo su predecesor jesuita Vargas Alzamora para visitar de incógnito y ofrecerle, esta vez, el apoyo de la iglesia a Keiko. Esta tiene al mejor equipo y los mejores planes como el Fredemo y Vargas Llosa los tenían en los 90. Castillo no tiene a nadie como Alberto hace 31 años (ya se le irán pegando varios como Hernando de Soto se le pegó al chino), por eso no da entrevistas a la prensa o las corta según su conveniencia. Sólo falta que se intoxique con bacalao a la hora de presentar a su equipo y su plan de gobierno. Y por si no lo han notado, aunque algunos politólogos lo nieguen, el contexto electoral es el de una guerra. En los 90 el terrorismo causó 70 mil muertos en 10 años, si damos crédito a la Comisión de la Verdad. En el 2021 la pandemia de la covid-19 se ha llevado más de 150 mil vidas en un año si damos crédito al Sinadef, aparte de destruir el empleo y la economía de millones de peruanos. El Estado y los gobernantes ineptos son la regla ayer y hoy. La corrupción también. La gente quiere un cambio como en los 90. Lo paradójico es que en aquella oportunidad lo querían contra Sendero, pero esta vez Sendero se ha colado en la balota electoral como el outsider que salvará al Perú. Ha ido del campo a la ciudad. Si gana Castillo habrá autogolpe, cierre del Congreso y constituyente, la cosa está clara y dicha con todas sus letras en el ideario de Perú Libre. ¿Cómo ganará Keiko si representa lo que la mayoría según las encuestas desea cambiar? ¿Dónde están sus voceros? ¿Sus nuevos cuadros que acaban de llegar al Congreso? Su campaña no tiene rumbo a poco más de un mes de las elecciones que definirán la próxima década. Los millennials no saben lo que es el comunismo ni les interesa y se alzan de hombros frente al terrorismo, banalizándolo con el “terruqueo”. Para ellos es un juego. A Keiko le queda poco tiempo. El “Plan Papi” ya se lo cogió con éxito aparente su contendor.

Para más información, adquiere nuestra versión impresa o suscríbete a nuestra versión digital AQUÍ.

Puedes encontrar más contenido como este siguiéndonos en nuestras redes sociales de Facebook, Twitter Instagram.