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La patética ministra Montenegro

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Fecha Publicación: 09/07/2019 - 22:20
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Gloria Montenegro, aún ministra de la Mujer –causante del papelón de unos generales del Ejército peruano disfrazándolos con mandilitos rosados, dizque para inculcarles el respeto por el sexo femenino– padece de delirios totalitarios claramente vetados en cualquier democracia y en todo Estado de Derecho. Quizá presuma de un complejo de superioridad, exacerbado por su forzada inclinación hacia ciertas doctrinas envilecidas y coactivas que la izquierda intenta imponerle a nuestro país.

Montenegro le debe una explicación al Perú. No solamente por este asunto de los mandilitos implantados a los uniformados sino por su desbocada campaña para imponer la ideología de género, cumpliendo ucases de organismos extranjeros que –a través de filántropos de dudosa reputación, como George Soros– insisten en embutírsela a la sociedad peruana.

En el primer caso, hace poco un periodista criticaba a la ministra por haber “estereotipado el uso del mandil”. Y Montenegro le respondió: “Es que yo le quito este estereotipo a la mujer y se lo pongo a un hombre macho, bien macho y así rompo dos paradigmas”. ¿Qué le pasa a esta señora, una simple funcionaria del Estado peruano que debería estar velando por el interés de todos los peruanos, en vez de dedicarse a privilegiar a una comunidad en particular, como viene haciéndolo esta ministra Montenegro? Dicho de otro modo, esta activista del oficialismo igualmente debe explicarnos la razón de su grosera promoción a la alienante ideología de género, por haber llegado al extremo de contestar de manera impertinente la pregunta “¿Qué le diría al respecto a las madres y los padres del colectivo Con mis Hijos No te Metas? Su respuesta fue: “Les diría con tus hijos sí me meto”. ¿Quién se cree esta burócrata? ¿Dónde piensa que está? El Artículo 13 de la Constitución sentencia que “La Educación tiene como finalidad el desarrollo integral de la persona humana. El Estado reconoce y garantiza la libertad de enseñanza. Los padres de familia tienen el deber de educar a sus hijos y el derecho a escoger los centros de educación, y a participar en el proceso educativo.”

¿Quién es entonces esta ministra Montenegro para advertirle a los millones de padres y madres peruanos “yo sí se meto con tus hijos”? Sin pestañar y con enorme altanería este personaje violenta la Constitución, creyéndose con derecho a secuestrar a los hijos ajenos para adoctrinarlos ideológicamente siguiendo el vicioso dictado de entidades internacionales contratadas para embutirle dogmas estrambóticos a nuestra niñez y juventud. Como esta ideología de género que busca mutar a las niñas en niños o a los hombres en mujeres, y viceversa.

Esto es Fascismo puro y duro, ministra. Asimismo perversión trajeada de modernismo. Entonces ni como ministra –tampoco como congresista– tiene usted derecho a sustituir la voluntad de los padres de familia, Y menos a suprimir el precepto constitucional que les garantiza el pleno privilegio de participar en el proceso educativo de sus herederos. Su arrogancia, ministra Montenegro, es indigna del cargo que ocupa. Porque su papel constitucional es servir con humildad –y por igual– a toda la ciudadanía.