¡La Paz social más lejos que nunca!
¡Qué tiempos tan difíciles le tocan vivir al país! Pareciera que la paz social nos estuviese negada. En los últimos cinco años las crisis políticas se presentan una tras otra, los escándalos no dan tregua a la ciudadanía y muchas de las autoridades de turno y la clase política no han estado a la altura de los acontecimientos, no han sabido manejar estos tiempos de turbulencia, no han adoptado medidas que ataquen de raíz las causas que originaron esas crisis, solo aplicaron paliativos, medidas cortoplacistas, de maquillaje, para salir del paso, buscando que las próximas autoridades sean las que se hagan de la papa caliente. Los problemas estructurales del Perú ciertamente se arrastran de antaño, pero nunca como ahora hemos tenido estos niveles de corrupción, de desigualdad, de discriminación, de violencia y de intolerancia entre peruanos, los que vienen alcanzando si se quiere, niveles estratosféricos, al punto que la discusión de los mismos polariza los hogares, decreta la defunción de amistades de larga data, quienes no opinen igual que uno (a), automáticamente pasan a ser archienemigos.
Y encima de todo, hay una crisis institucional generalizada, desde el Ejecutivo que debilita impunemente la administración pública con nombramientos de personas cuestionadas sin la menor experiencia ademas, en el manejo de la cosa pública, con sindicaciones de corrupción de las altas esferas y entorno palaciego que se pretende negar pero que ya son materia de investigación por el Ministerio Público, el Congreso y la Contraloría General, a sólo siete meses de gestión, todo un récord para nuestra República. También está el Congreso en esta danza, con iniciativas legislativas que se traen abajo las Reformas de Estado vigentes al Bicentenario y que más bien toda sociedad moderna apuntaría a fortalecer y que pareciera haber abdicado al control político entre poderes de Estado, dejando percibir un halo de contubernio por intereses en común que desacredita aún más su imagen de poca aceptación popular. Los hay otras entidades con autonomía constitucional que también están en crisis por distintas causas, una de ellas por luchas intestinas de poder que se deja ver al exterior. Y ya ni hablemos de los gobiernos subnacionales cuyas cabezas y funcionarios de confianza vienen siendo juzgados por corrupción, si es que no están presos ya.
El turno ahora es del Tribunal Constitucional, desconociendo Tratados Internacionales de los cuales el Perú es Estado Parte. Ha fallado apelando al voto dirimente en un asunto altamente sensible, el indulto al expresidente Alberto Fujimori, que originó la caída de un Presidente Constitucional (PPK) y sus ministros y que nos abrirá previsiblemente una confrontación con la Corte Interamericana de los Derechos Humanos, entre otras repercusiones de carácter social que pueden poner en vilo la tranquilidad pública. La Paz social cada vez más lejos para los peruanos.
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter e Instagram, y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.