La pieza que faltaba
Muchas veces, a los seres humanos por diferentes razones les falta algo en su vida, que no ha sido compensado, en los diferentes niveles de desarrollo, pero con el tiempo han sido compensadas, asimiladas, entendidas, comprendidas, pudiendo explicar cuáles han sido los motivos de esa pieza que faltaba para encontrarle el verdadero sentido a la vida, algunas veces las personas no la encuentran, hay que realizar una introspección de cuáles fueron las razones para encontrar respuestas y no lamentarse de la vida de cada uno, porque las personas se vuelven amargadas, rencorosas, envidiosas y no es bueno para las relaciones humanas, no te permiten desarrollar sino obsesionarte y sentir culpa del estado que te encuentras, no te conformes, lucha por los ideales que te has trazado, nunca es tarde cuando la dicha llega y, si no lo logras, tienes la satisfacción de haberlo intentado, hay una gran diferencia entre no hacerlo, hacerlo o intentar hacerlo, es la actitud que tienes frente a la vida.
Existen muchos seres humanos que desde que tuvieron uso de razón no se sintieron amados, queridos, comprendidos, respetados, considerados, tuvieron o tienen una actitud rebelde, desconfianza, frente a sí mismo y los demás, no obstante, que son destacadas en diferentes áreas de la vida, empero no lograron llenar su tanque emocional y siempre están en búsqueda de sentirse llenos de afecto, como el caso siguiente que les voy a comentar.
Este es un joven adulto, que nunca se sintió valorado, a pesar de que en el aspecto intelectual llegó a un buen nivel, tuvo muchas compensaciones, logró formar su familia, la esposa era fría, indiferente y los hijos aprendieron a ser iguales. Frente a esa realidad, cuando no encuentras el amor ni el cariño en tu propio hogar lo buscas en la calle para llenar los vacíos existenciales, pero eran momentos pasajeros, paliativos de la supervivencia humana, después de todo esto, se sentía más solo que nunca, hasta que Dios lo bendijo, conoció a una mujer, que era lo opuesto a su primera esposa, cariñosa, amorosa, tierna, comprensiva, tolerante, buena consejera, capaz de sacarse el pan de la boca para dárselo al necesitado, se divorció y se casó con esta buena mujer y son felices hasta ahora.
Este caso expuesto, como muchos otros, no es sacado de las novelas, pertenece al mundo real y se da tanto en el hombre como en la mujer, lo importante es encontrar la pieza que faltaba y no existe edad para encontrar los afectos verdaderos, cuan más maduro es el amor se amalgaman más las relaciones de pareja, los padres con los hijos y la familia.
El presente caso, se trata de una mujer que estuvo casada con cinco hijos, en diferentes momentos de la vida, tres de sus hijos murieron, dejaron nietos, ella se fue al extranjero donde una hija, para llenar los vacíos que sentía, pero nunca los pudo llenar, decidiendo regresar a su país y sin querer encontró en sus nietos el amor y el cariño que le faltaba, ellos se preocupan por todo con tal de verla feliz.
En una de las conversaciones que tuvimos, comentó que su nieta le había consultado sobre una relación amorosa que tenía y le preguntó que también existía otro pretendiente que le agradaba, le gustaba, que era muy amoroso, qué debo hacer abuelita, ella le respondió: “debes ir donde el corazón te llame”, la nieta le dijo: “voy a pensarlo bien”, y después de veinte días le contó que había terminado su relación y que se sentía muy feliz con su nueva relación, la abuelita le dijo: el ser humano debe estar donde se siente amado, querido y valorado y cultivar la relación para que cada día sea más frondosa, estable e integrada.
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