La policía municipal y el desafío de la seguridad ciudadana
Vivimos tiempos en que la seguridad ciudadana exige mucho más que reacción. Exige anticipación, proximidad y eficiencia. Y eso solo se logra cuando el enfoque es territorial, cuando conocemos la realidad de cada barrio, cada esquina, cada dinámica local. La creciente ola de criminalidad en ciudades como Lima exige soluciones locales, ágiles y tecnológicas.
La Policía Nacional, cumple un rol fundamental, pero a pesar del gran esfuerzo, no siempre logra cubrir todos los espacios urbanos con rapidez y cercanía. Una Policía Municipal bien equipada y entrenada puede actuar con mayor proximidad, anticipación y coordinación con sistemas inteligentes de vigilancia, patrullaje y análisis de datos. Por eso, ha llegado el momento de hablar con decisión sobre la creación de una Policía Municipal.
La Policía Municipal ha sido adoptada en muchos países de la región y de otros continentes con excelentes resultados; por lo que estoy convencido que esta será una de las formas más eficientes de enfrentar a la ola de criminalidad, en ciudades como Madrid, Medellín o Guayaquil la Policía Municipal ha logrado reducir delitos menores, agilizar la respuesta ante emergencias.
Con la creación de la Policía Municipal no venimos a dividir funciones. Venimos a multiplicar esfuerzos porque sería esa primera línea de patrullaje, vigilancia y contacto directo con el ciudadano. Sería el rostro de la seguridad local, apoyada por tecnología de punta y preparación especializada.
Como ya hemos expresado, la Policía Municipal sería una institución civil armada, jerarquizada profesionalmente, con funciones dentro de los límites territoriales de Lima Metropolitana. Hemos analizado y determinado la viabilidad legal para su creación y funcionamiento y los cambios que deberían efectuarse a nivel legal, como por ejemplo, la Ley de la Policía Nacional del Perú, para establecer que algunas funciones en el ámbito de Lima Metropolitana serán asumidas por la Policía Municipal y la Ley de armas de fuego, municiones, explosivos, productos pirotécnicos y materiales relacionados de uso civil, para permitir el uso de armas de fuego.
Una Policía Municipal equipada con motocicletas inteligentes con GPS y cámaras conectadas en tiempo real, patrulleros que identifican vehículos robados al instante, drones que vigilan zonas amplias sin exponer al personal, sensores que detectan disparos o aglomeraciones y activan protocolos automáticos, está al alcance y necesita una fuerza local que lo ejecute.
Pero no es solo tecnología. Es también inteligencia artificial aplicada a la criminología. Cámaras que reconocen la forma de caminar, la silueta, rasgos únicos del rostro, incluso la forma de la oreja, para identificar personas en tiempo real. Es prevención, no solo reacción.
No podemos hablar de seguridad sin hablar de ciudades inteligentes. Semáforos que priorizan ambulancias, bomberos y peatones. Sistemas que anticipan zonas de riesgo. Plataformas que conectan patrulleros, cámaras, centrales y vecinos. Esa es la ciudad que queremos construir. Pero necesitamos una Policía Municipal que se adapte a ese ecosistema. Se trata de una inversión en tranquilidad, confianza y futuro. Crear una Policía Municipal no solo es posible. Es necesario y urgente.
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