La política como perversión
Las redes sociales están llenas de ataques por doquier, hoy le tocó al Alcalde López Aliaga por la iniciativa de haber aceptado la donación de trenes de segundo uso para Lima, ignorando, olímpicamente, que nuestra urbe tiene el peor tráfico de América Latina y la población de menos recursos, en varios populosos distritos de la capital pierde más de 150 horas al año debido a la congestión vehicular.
Estas irracionales campañas de demolición al burgomaestre y su proyecto del tren Lima-Chosica, solo pueden explicarse por el efecto positivo que avizoran tendría la puesta en marcha de un sistema de transporte como este, ergo usan la artillería pesada contra Porky.
La ferocidad de estos ataques ha arreciado últimamente porque ya se hizo el anuncio de que viajará a EE.UU. para traer el “Tren Chosicano”. Si esos trenes fueran inservibles, un fiasco, una metida de pata o una estafa, quienes atacan no estarían empeñados, como evidentemente lo están, en que no vengan. Hoy se desgañitan hasta la histeria llamando basura al equipo ferroviario, yo no me preocuparía mucho de ello y seguiría la máxima napoleónica “Nunca interrumpas a tu enemigo mientras se está equivocando”.
No hay que ser fan de López Aliaga para afirmar que no se ha equivocado, que está en lo correcto al haber tenido la iniciativa popular de buscar y conseguir esta donación, “overjolear” lógicamente estas máquinas y ponerlas en funcionamiento para mejorar sustantivamente la calidad de vida de muchísimos limeños que hoy padecen el infierno del transporte y la contaminación, chosicano incluido.
Hay quienes entienden la política como medio de vida, de supervivencia y no como servicio altruista a la comunidad y al país. Esta perversión mental lleva siempre a lo mismo: si algo que hace mi enemigo político va a redundar en beneficio de la gente, lo atacó, lo destruyo, impido que prospere porque me va a perjudicar y a mis intereses políticos, va a estorbar mi camino hacia el poder. Entonces lo friego, lo saboteo, no me importa nada. Así opera la mentalidad mezquina y mediocre.
Y esto no es nuevo, por décadas dejamos de tener Tren Eléctrico, por un buen tiempo se saboteó y se impidió el proyecto Camisea, que hoy, provee de gas y de recursos al país. Y si nos remontamos a más de un siglo atrás, por esta mentalidad nefasta contribuimos a debilitar el poderío militar del Perú antes de 1879.
Como oficial en retiro de nuestra Marina de Guerra no puedo ignorar un capítulo triste de nuestra historia: durante la presidencia de Manuel Pardo y Lavalle(1872-1876), no se pudo concretar la adquisición de dos blindados, ya en curso y a Grau lo proveyeron de material inservible para el combate. Esta situación nos debilitó y se reflejó en la guerra que enfrentamos en desventaja debido a la falta de patriotismo político. Hoy no se trata de modernización militar, sino de desarrollo integral. Esta es una lección que aún no aprendemos, a pesar de que esta forma de pensar y actuar nos cuesta tanto… ¡Despierta, Perú…despierta!
#PanchoCalisto
#despiertaperudespierta
Por Francisco Calisto
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, X, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.