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La prensa corrompida es cómplice de Vizcarra

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Fecha Publicación: 31/07/2019 - 22:20
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Es evidente que la llamada prensa chicha de los tiempos montesinescos es la prensa corrupta de ahora. Antes Vladimiro Montesinos les pagaba a los directores de aquellos esperpénticos tabloides millones de dólares al año por publicar titulares y contenidos elaborados en los sótanos del Servicio de Inteligencia Nacional SIN, remachando cada día que el gobierno fujimorista era lo máximo y que, a la vez, la oposición democrática (afincada en el Parlamento) era destructiva porque impedía que “el chino” trabaje por el país; en consecuencia el Congreso era enemigo del pueblo.

En cambio ahora, bajo la corruptela del avisaje estatal, Vizcarra reparte mil millones de soles al año entre la mafia mediática conformada por el grupo El Comercio (diez periódicos más canal n, canal 4, regalado por Toledo), La República, RPP y Exitosa para que hagan lo mismo que hacía Montesinos: publicar noticias y titulares preparados en palacio de gobierno, destacando la figura de Vizcarra a la par que denostando mañana, tarde y noche del poder Legislativo acusándolo de entorpecer al gobierno y atentar contra el pueblo.

La única diferencia es que la corrupción quedó registrada en videos donde Montesinos le entregaba bolsones llenos de billetes a los directivos de la prensa chicha; mientras hoy Vizcarra autoriza a su vasallo Carlos Oliva (¿sabía, amable lector que así se llama el ministro de Economía?) a repartir estrafalarios libramientos por S/.1´000,000,000 cada año entre los mencionados medios periodísticos, dizque en pago de publicidad. Con toda seguridad, el siguiente gobierno denunciará por corrupción a Vizcarra, Oliva y a los propietarios de esta prensa encanallada. Porque la ficción de la publicidad estatal no los exime de la probada componenda que implica que aquellos medios se repartan cada año mil millones de soles del Estado a cambio de endosarle su línea periodística.

Esta prensa corrupta está destruyendo al Perú. ¿Con que derecho unos papagayos -y “papagallas”- que fungen de conductores, comentaristas o tertulianos en estos medios corrompidos sostienen que resulta “irrelevante” si Vizcarra entregó al presidente del Congreso el papel que blandiera en su cara alegando que era el proyecto de ley para anticipar la elecciones; o que estos mismos loros -y loras- se rasguen las vestiduras, alegando que carece de importancia si el consejo de ministros aprobó en su totalidad el mensaje de Fiestas Patrias cuando la Constitución dispone expresamente que así debe ser; o que aplaudan la instalación de una oclocracia en el Perú (el gobierno de la muchedumbre) desnaturalizando groseramente lo que constituye una democracia?

La prensa canalla sirve de megáfono a unos progre-marxistas decididos a embutirnos el populismo chavista a través de un presidente infeliz que sólo busca el apoyo falsario para aferrarse al poder. Apoyo que, dicho sea de paso, se le está viniendo abajo. De ahí la desesperación por apelar al “mueran Sansón y los filisteos”. Thomas Jefferson dijo: “La triste verdad es que la supresión de la prensa no podría privar a la nación de sus beneficios más de lo que ya la priva su sumisión prostituida a la falsedad”.