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La progre sólo busca encarcelar a Alan y Keiko

Fecha Publicación: 23/01/2019 - 22:30
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A qué niveles de complicidad habrá descendido la progresía marxista que, como único argumento para aplacar el escándalo que ha producido la divulgación del preacuerdo entreguista firmado entre la Fiscalía y Odebrecht, manifiesta que éste “ha sido filtrado por los corruptos para impedir que Odebrecht colabore con la justicia peruana y de esa forma se salven Alan García y Keiko Fujimori”. En síntesis, la lógica de esta progresía marxista apunta a que es preferible un acuerdo de colaboración eficaz con Odebrecht lesivo a los intereses del Perú y favorable al de los denunciados por corrupción como Ollanta Humala, Alejandro Toledo, Pedro Pablo Kuczynski, Susana Villarán, Graña y Montero, el propio Odebrecht, etc.– que perder la “oportunidad” para que Barata y sus esbirros acusen únicamente a García y Fujimori. La progresía marxista –oficialismo, prensa vendida al Gobierno a través del avisaje estatal, así como la izquierda de todo pelaje que sólo busca anular al resto de fuerzas políticas para allanar su camino a la elecciones 2021– pretende a toda costa sellar este pacto con la corrupta Odebrecht y sus consorciados, consciente de su carácter tramposo y de sus efectos económicos y moralmente perjudiciales al Perú. ¿La razón? El objetivo del progresismo marxista es uno solo: encarcelar a Alan García y Keiko Fujimori, culpándoles de la podredumbre generada a lo largo del tiempo por Odebrecht y ese séquito de imputados involucrados en decenas de obras sobrevaluadas obtenidas mediante licitaciones tramposas.

Resulta delirante que cuando el IDL, cenáculo de la progresía marxista, obtuviera de manera subrepticia los audios relacionados con una hipotética investigación en marcha de la Fiscalía de la Nación referida a un “espectacular” escándalo de narcotráfico en el primer puerto –dicho sea de paso, hasta hoy nadie sabe nada sobre ese “emblemático” caso de narcotráfico, que extrañamente degeneró en el llamado affaire de los “Cuellos Blancos del Puerto”, hecho que sirviera para que la progresía marxista se consolide en el Poder Judicial y el Ministerio Público–, toda la claque mediática controlada por los rojos, así como el gobierno Kuczynski-Vizcarra, aplaudió aquel “destape”. Entre tanto, cuando la prensa independiente pone en conocimiento del país este preacuerdo artero e indigno, contrario al interés del Perú –suscrito por gente de la Fiscalía y Procuraduría (con permiso del ministro de Justicia y, consecuentemente, del presidente Vizcarra)– esta misma progresía marxista denuncia un “contubernio” por la divulgación de un documento tan infamante como prevaricador.

En este orden de ideas resulta irresponsable, temeraria y sectaria aquella grita progre para censurar e invalidar la difusión del alevoso preacuerdo suscrito entre la Fiscalía, la Procuraduría y la ultra corrupta Odebrecht. Por fortuna este mamotreto de marras fue descubierto antes de que fuera validado por un magistrado. Porque en ese caso, irremediablemente se habría convertido en pacto indigno de obligatorio cumplimiento para el país, traicionando los intereses nacionales y privilegiando los de Odebrecht, Graña y Montero, Toledo, Ollanta y Nadine Humala, Pedro Pablo Kuczynski, Susana Villarán y demás cómplices en este asalto a los peruanos conocido como Lava Jato.