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La razón de la sinrazón

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¿Cómo andamos en política internacional?
Fecha Publicación: 02/06/2021 - 23:59
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Ahora resulta que Bolivia es una potencia mundial en economía, educación, salud, tecnología y demás virtudes de ideología y gobierno, tanto así que casi la mitad de la población peruana está convencida de que debemos imitar el “modelo boliviano” como si el modelo económico peruano no hubiera generado una acumulación de riqueza plasmada en presupuestos en azul al final de cada ejercicio, estabilidad monetaria y fiscal, con reservas internacionales cuantificadas en decenas de millones de dólares, algo que nunca habíamos logrado hasta finales de los ochenta.
Parece que en Bolivia están convencidos de que, en Venezuela, aquel país desde donde millones de sus ciudadanos migran a países vecinos (en el Perú tenemos millón doscientos mil según cálculos estimados), existe plena institucionalidad, justicia social, trabajo pleno con salarios envidiables y bonanza industrial y comercial. Lo digo porque escuché las declaraciones de un diputado boliviano de apellido Cuéllar quien sostenía todo lo indicado en el párrafo anterior, agregando algo digno de Ripley, que si muchos venezolanos emigran de su país es tan normal porque siempre hay gente que sale de cualquier país buscando mejorar su situación, no porque ésta sea mala, sino porque quieren obtener un plus adicional en cantidad y calidad, de modo que si su remuneración en Venezuela es más que suficiente, pero sienten que pueden obtener una mejor remuneración en otro país, pues la solución es irse. Declaraciones tan llenas de cinismo dichas con tremenda convicción por alguien que es militante de la izquierda que gobierna Bolivia, no puede sino convencernos de que la izquierda radical, incluida la terrorista, se crean sus propias ilusiones y fantasías a las cuales dan vida en sus discursos que fácilmente nos hacen recordar a los vendedores de sebo de culebra en nuestras plazuelas hasta hace no mucho tiempo.
Si la institucionalidad no ha funcionado en el Perú. Si los gobiernos han sido infiltrados por ladrones al por mayor. Si la gobernabilidad se extravió en el camino. Si los ingentes recursos acumulados en reservas y en fondos públicos que se aplican a presupuestos institucionales que no se ejecutan y que se devuelven al final del ejercicio económico no fueron invertidos en servicios públicos de calidad para la población, en infraestructura vial suficiente, en energía con la potencia suficiente para generar industria en cualquier lugar del país. Si los sistemas de control no funcionan con efectividad y eficacia. Si el sistema de justicia no está a la altura de las circunstancias; todo eso no es por culpa del sistema ni por el capítulo económico que puede mejorarse, pero no borrarse del todo, sino porque el liderazgo nacional no encuentra gente que se desempeñe con honestidad y transparencia.
Si ese es el problema, ¿por qué no lo corregimos sin destruirnos?

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