La reforma de justicia y el pánico caviar
Hace unos días, al pasquín La República no le gustó que toquemos a sus amigotes del Ministerio Público, y no se les ocurrió mejor idea que dedicarme, en menos de una semana, más de cinco “noticias” y hasta una portada absolutamente tendenciosa, señalando falsamente que estoy siendo investigado por organización criminal y corrupción.
Frente a esta y otras publicaciones malintencionadas de otros medios como La Mula y demás operadores caviares, aclaro categóricamente que no tengo ninguna investigación fiscal abierta en mi contra, y nunca he sido notificado de alguna nueva supuesta carpeta fiscal. Y si así fuera, no he tomado conocimiento y, por tanto, se habría violado mi derecho a la información y al debido proceso; y de esta filtración sería responsable la señora fiscal de la Nación, Delia Espinoza, que es la única que puede abocarse a una investigación contra un funcionario aforado, en este caso un congresista.
Por esta razón, ya he solicitado que se me informe al respecto a la brevedad posible, para tomar las acciones que correspondan.
Ojalá que toda esta arremetida mediática en mi contra no se trate de un juego en pared entre la Fiscalía y la prensa caviar, porque, de ser así, iniciaré todas las acciones legales dirigidas a sancionar la inconducta funcional y las difamaciones de las cuales he sido víctima, junto a colegas de mi bancada.
Estas maniobras no son nuevas; vienen de los mismos sectores que intentan manipular la opinión pública, cual sicarios mediáticos, con un solo objetivo: detener la reforma del sistema de justicia que impulsamos con firmeza desde la bancada de Renovación Popular. Pero no nos van a amedrentar.
¿Alguien puede creerle a estos miserables de La República, que ya fueron señalados hace años como traidores a la patria? ¿Recuerdan ustedes la portada “El túnel sí existe”? ¡Alertaron a los terroristas, poniendo en riesgo la vida de los rehenes de la embajada!
No solo eso: se hicieron los locos frente a las denuncias por despido arbitrario de sus propios trabajadores; callaron cuando Gorriti despachaba con fiscales en el despacho del fiscal de la Nación; no dijeron ni pío cuando se archivaron las denuncias por defraudación tributaria contra Odebrecht; vendieron como suicidio la muerte del principal colaborador eficaz en el caso Villarán; y guardaron silencio absoluto sobre la asesora de Delia Espinoza, esposa del abogado César Azabache, actual defensor de Brookfield-Odebrecht. ¡¿Ahí no hay conflicto de interés?!
Les duele porque se les cae el blindaje, pero yo no he sido elegido para agradarles, sino para fiscalizar y legislar sin miedo. No me intimidan sus portadas calumniosas. ¡Vamos con todo por una reforma integral del sistema de justicia!
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