La reina en el pavimento
Toda belleza es una alegoría de la vida, su símbolo más precioso. Aun cuando sea en veces y momentos pálida y triste, la vida es bella -como en la película de Roberto Benigni. El niño que cree jugar con su papá un juego de palabras y significados en los barracones de la muerte, representa lo que nace recién, lo que llega cada día con la luz del sol, con la claridad de la mañana. No hay muerte, todo es vida, clama el profeta. ¿Se equivoca? No creo, pues las tres religiones monoteístas a la que adhieren miles de millones de personas en el mundo, creen en la eterna trascendencia de la vida. Que ella es bella a cualquiera le consta. Bella como ese regazo, como esa cuna, como esa mujer…
Una belleza, sin embargo, yace tirada en el pavimento de la acera contigua al edificio Orión en la calle 42, en el centro de Manhattan, cerca del Times Square en Nueva York. Se trata de Cheslie Kryst, abogada y modelo de 30 años, Miss Estados Unidos 2019, que acaba de arrojarse desde su departamento ubicado en el noveno piso.
Por qué alguien que lo tiene todo se suicida, me pregunto conmovido. Y creo que la respuesta es obvia: porque ese todo es nada para el que se mata. En la carencia absoluta de vínculos esperanzadores con la vida, ningún bien material puede sustituir esos lazos entrañables. Algo pasa en el cerebro del suicida que le impide disfrutar. Por ello, toda muerte por mano propia es un alegato dramático por la salud mental, tan estigmatizada como descuidada en el mundo entero.
Cheslie era una activista de los derechos de la mujer, así como de la lucha contra la discriminación racial que encarna el movimiento Black Lives Matter en los Estados Unidos. Había muchas veces reflexionado en sus post sobre esas históricas batallas. Lo mismo había hecho desde la tribuna de su programa televisivo en donde se le veía tan tierna y cercana.
En la madrugada del domingo 30, sola y devastada, colgó una foto suya en su perfil de Instagram con esta leyenda: Que este día te traiga descanso y paz. La hermosa mujer de pelo rizado y de 1.68 metros de estatura, sólo quería eso: descanso y paz. Y así como lo quería para ella, lo quería también para sus miles y miles de seguidores.
Extenuada por el fragor impávido de las pasarelas, enceguecida por los reflectores de los estudios de grabación, Cheslie Kryst estaba cansada, muy cansada. Descanso y paz parecen ser nada en este mundo de frenesí y de turbulencias, pero lo son todo para tantos decepcionados y caídos.
Descansa en paz, reina Cheslie.
Jorge.alania@gmail.com
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