La resaca de la izquierda y la Mesa del Congreso
El fracaso de las tres “tomas” de Lima ha producido en los grupos de izquierda una resaca de la que aún no se han recuperado. En medio de sus alucinaciones han tratado de desarrollar una “narrativa” para convencer a los ingenuos e incautos que, haber reunido cinco mil personas en la avenida Abancay, ha sido un “éxito” sin precedentes.
La realidad es que el descontento de los peruanos es mayoritario, pero quién pudo sentirse identificado con los convocantes o motivado a salir a protestar junto a quienes persiguen inconstitucionales reivindicaciones o piden la libertad del corrupto Pedro Castillo. Quién quiere verse en medio de manifestantes que, ocultando su rostro, agreden con palos y piedras a la Policía y lanzando bombas molotov buscan muertes. No hubiese sido mejor exigir más empleo y mejores salarios para sobreponernos de esta recesión que nadie quiere admitir.
La caviarada pretendió ilusamente repetir, con Dina Boluarte, la estrategia golpista que funcionó con Merino. Sus aliados en la prensa difundieron intensamente la convocatoria para poner gente en las calles, donde la izquierda radical haría su “trabajo” exacerbando el caos y la violencia. Esta vez las fuerzas del orden, respaldadas por el Ejecutivo, hicieron bien su tarea anunciando desde antes sanciones y recursos tecnológicos que ayudarían a identificar a los violentistas. Es importante reconocer que la Policía, en el terreno, actuó con la firmeza requerida para controlar la situación.
Hoy el Congreso elegirá su nueva mesa directiva. Lamentablemente los “niños”, los desleales y los que llegaron al Legislativo con agenda propia han cambiado la correlación de fuerzas. El bloque democrático, sin los votos de AP y los disidentes de todas sus bancadas, no lograría mayoría. Ante el riesgo y las consecuencias de perder la mesa y dejarla en manos de los radicales, incorpora a Perú Libre que, a pesar de sus marcadas diferencias ideológicas, muestra moderación.
Ganar la mesa directiva va a demandar la habilidad de congresistas diestros para superar la siniestra maquinaria de la izquierda que debilitada, sin Perú Libre, ensaya sus mejores jugadas para ganar. La izquierda sólo ha ganado elecciones por un mal arbitraje o autogoles de sus adversarios.
El triunfo no está asegurado. Los integrantes del bloque democrático deben conseguir los votos que faltan y comprometerse a presentar un plan de trabajo que considere leyes y reformas que impulsen nuestra economía y aseguren elecciones limpias en 2026.
Los peruanos esperamos de la presidenta Boluarte, en su mensaje a la Nación, bastante más que un aburrido inventario de los escasos logros de su gobierno o una larga lista de ofrecimientos irrealizables. De nada servirá un mensaje “potente” si no viene acompañado de una hoja de ruta y el firme compromiso de cumplir lo que prometa.
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