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La responsabilidad del voto

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Fecha Publicación: 25/12/2024 - 23:00
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Pasadas las celebraciones navideñas, se acerca el Año Nuevo. Uno que se presenta con la etiqueta de crucial. ¡Y, peor aún, más peligroso que los cuatro últimos lustros que hemos vivido envueltos en la borrachera del totalitarismo zurdo! La razón es simple. ¡2025 será el año previo al que, con nuestros votos, decidiremos quién gana los comicios de abril de 2026! Recuerde, amable lector, que ese año, al igual que otros treinta y tres millones de peruanos, todos iremos a votar. Y, en caso de que todavía no haya comprendido, en esas elecciones su voto determinará el rumbo que adopte el Perú. Así que será mejor que vaya pensándolo con serenidad; sin prisa, aunque también sin pausa. Porque, si vuelve usted a descuidarse —como ya ha sucedido muchas veces, la más reciente en 2021— votando “por cualquiera” para salir del paso o por lo que fuere, ese voto contribuirá al triunfo de un nuevo jerarca totalitario, que se encargará de convertirnos —como intentó hacerlo el comunista Pedro Castillo— en Venezuela o en Cuba. No es ficción ni estupidez, amable lector. Esto sucedió, de verdad. Fue por descuido de tanta gente como usted que no valoró la trascendencia que tiene el hecho de emitir un voto en circunstancias tan cruciales y graves como por las que atravesaba y atraviesa nuestra nación. Probablemente, algunos de sus conocidos o acaso de sus parientes o amigos votaron por aquel miserable golpista, comunista, cuya ambición fue destruir el Estado peruano para convertirlo en espejo de Cuba o de Venezuela. Pero este tipo de aventuras extremistas no de-ben vol-ver a re-pe-tir-se. ¡Nunca más!
Vivimos en medio de una sociedad sumamente fraccionada, dolida, envuelta en un atroz acomplejamiento racial y resentimiento social; combinado con una ignorancia que parece no tener límites; consecuentemente, inmersos en una miseria dolorosa. Lo que nos convierte en un Estado disfuncional, que necesita del liderazgo de gente profesionalmente capacitada, desprovista de odios y psicosis de toda naturaleza; preparada para solventar las necesidades de tanta gente desesperada para, a partir de allí, empezar a diagramar cómo solucionar las taras del impresentable Estado peruano.
Y esto, señores, no se solucionará con totalitarismos ni con ineptitudes. ¡Ni tampoco con odiosidades! ¡Esto solo se solventa con lucidez mental, experiencia política y honorabilidad acrisolada! Atributos que han demostrado no tener los gobernantes que han conducido este país durante el pasado cuarto de siglo. Y en esto usted, amable lector, es corresponsable de tamaña conjura contra el progreso de nuestra nación. Porque, quiéralo o no, directa o indirectamente su voto sirvió para sentar en Palacio de Gobierno a gente claramente incapaz y corrompida, que atentó contra el interés general. Bien por estricta ignorancia, o aquella hipócrita intelectualidad de los caviares, ambos extremos son absolutamente nefastos para gobernar el Perú.
Así que, al momento de votar en las elecciones de 2026, fíjese bien, amable lector, de no votar por algún ignorante ni por un exquisito caviar. ¡Ambos son enemigos del Perú! ¡Por tanto, antagonistas suyos! Prepárese, pues, para enfrentar las elecciones más peligrosas de nuestra historia.

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