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La Revolución de Mayo de 1810 y las Malvinas

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Fecha Publicación: 30/05/2025 - 20:00
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Un abrupto resfrío truncó mi deseo de estrechar mis afectos a la Misión argentina en Lima, al celebrarse el pasado 25 de mayo, el 215 aniversario de la histórica Revolución de Mayo de 1810, en que fue constituida la Primera Junta de Gobierno que graficaría la expresión del gobierno inicial de la República Argentina, sin la autoridad española por delante. El Virreinato de la Plata, creado en 1776 -es bueno recordar que se hizo de las entrañas del Virreinato del Perú (1542), como también pasó a gran parte de toda Sudamérica (excepto Venezuela) e incluida Panamá-, cumpliría un rol capital en el proceso de la emancipación e independencia de América. La Revolución de Mayo fue un suceso fundamental e inexorable, pues había estado precedido por el proceso emancipador de levantamientos en otras tierras de la región, y antes por la independencia de los Estados Unidos de América (1776) y la Revolución Francesa (1789), que pregonaron los ideales de libertad e igualdad. En ese marco, mi espíritu sanmartiniano me vuelve a la figura del Libertador del Perú, que por esos tiempos se hallaba en Europa a las órdenes de la Corona, y que movido por la llama de la Revolución de Mayo, de 1810, llegó hasta Buenos Aires dos años después, para emprender la empresa libertaria que, finalmente, alcanzaría por su gesta, a Chile, venciendo en Maipú y Chacabuco, de la mano de esa otra enorme figura de la independencia de nuestra América, que fue el chileno, Bernardo O’Higgins, y por supuesto, el Perú, consiguiendo el generalísimo argentino, nuestra independencia nacional en 1821. La Revolución de Mayo, entonces, creó las condiciones iniciales básicas para que fuera forjada después, la Corriente Libertadora del Sur con San Martín a la cabeza, pues los planes sobre Chile y el Perú no solo fueron aprobados por el gobierno de Buenos Aires que brindó todo su apoyo al Libertador, si no que, además, financió decididamente la campaña de la independencia. Ese fue su extraordinario legado para Argentina y para el continente. En ese marco, mi inquebrantable e indesmayable convicción por seguir bregando por conseguir el sueño de ver a las Malvinas otra vez en plena y total soberanía de Argentina, me permite traer a esta columna una reciente nota de Yasmin Ali, periodista de Canal 26 en Buenos Aires, en la que pone en el ojo revelador un nuevo hallazgo de enorme relevancia histórica que confirma de manera incontrastable la soberanía de Argentina sobre las Malvinas. Se trata de una carta del mismísimo Libertador San Martín en la que el hijo de Yapeyú “tenía muy en claro que las Malvinas le pertenecía a la entonces Provincias Unidas del Río de la Plata”. El gobierno del presidente Javier Milei debería ir a fondo en el marco de las Naciones Unidas frente al despropósito en las narices del mundo entero, de que en pleno siglo XXI, siga permitiéndose la posesión ultramarina del Reino Unido sobre las Malvinas que, de iure y de facto (Uti Possidetis de 1810), y por donde se las mire, son de Argentina.

(*) Excanciller del Perú e Internacionalista

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